Marcelo Hidalgo Sola tras las huellas de Duchamp en Buenos Aires.

Marcelo Hidalgo Sola tras las huellas de Duchamp en Buenos Aires.


Hoy, nos adentramos en el Barrio de Montserrat para realizar un recorrido urbano tras los pasos del artista Marcel Duchamp. Un paseo que nos lleva hasta la medianera del edificio ubicado en la calle Alsina 1743, donde el artista francés se hospedó durante su estancia en Buenos Aires, allí, un espléndido mural del artista François Abélanet recrea una de sus más famosas obras. 

El artista François Abélanet, coterráneo de Marcel Duchamp , revolucionó el barrio de Montserrat en 2018. Por aquellos días, el barrio comenzó un cambio en su fisonomía. Los vecinos que pasaban por Alsina 1743 podrían ver un ritmo diferente, un ajetreo dinámico : el despliegue de unas grúas y unos hombres subidos a ellas, con casco y pincel en mano, pintando un gran círculo en rojo, negro y blanco, allí sobre la pared medianera del edificio , muy cerca del Congreso de la Nación.

En la altura y haciendo equilibrio sobre la plataforma de las grúas, el artista François Abélanet se animó a reversionar Rotoreliefs-Disques Optiques (1935), una obra célebre de Duchamp , que hace 100 años se hospedó durante 9 meses en el departamento 2 de ese mismo edificio.

La obra original de Marcel Duchamp que Abélanet recreó, se compone de seis discos de cartón, que están impresos a ambos lados, y tienen dibujos litografiados. Para ello, seleccionó diez de las imágenes que habían sido creadas para el filme de 1926 Anémic Cinéma de Marc Allegret y Man Ray. Con la reproducción de esos discos en una velocidad de 33 revoluciones se transmitía una particular sensación de profundidad. Los discos , venían dentro una caja con un orificio arriba muy pequeño, que había que colocar de modo cuidadoso sobre ellos al momento de reproducirlos, de modo que , para mirarlos, había que usar un solo ojo, lo cual intensificaba y potenciaba  el efecto óptico.

Arte, juego y efectos ópticos sorprendentes

“Cada uno percibe al mundo o lo observa, según su propia historia”, explicó Abélanet, aludiendo a Duchamp, un artista de vanguardia que revolucionó la historia del arte para siempre cuando, en el año 1917, presentó en un Salón de Artistas Independientes de Nueva York, un mingitorio como obra de arte. La obra llamada “La Fuente”, es una clara provocación al mundo del arte, que con su corsé se cree dueño de lo que es y no es el arte. 

El arte es subjetivo, nos vino a explicar aquel francés. Depende del contexto,del marco y de lo que se establezca oficialmente como arte. El arte nadie sabe bien qué es, dijo una vez. Y este artista, el que se subió a una grúa en 2018, se animó a continuar con su legado.

“Cada persona percibe las imágenes según su propia historia: su cultura, sus herencias, sus vivencias y su conocimiento artístico. No existe un “manual para usar” la mirada en el arte. Por ello, seamos libres de ver. O de no ver…”, tal es el planteo y espíritu del trabajo de François Abélanet, un artista y arquitecto que cuenta con más de 25 años de trayectoria performances artísticas a gran escala. Su mayor gusto es trabajar para llevar alegría a la gente y descontracturar su realidad cotidiana con el arte.

Un creador y arquitecto apasionado por Marcel Duchamp

Abélanet se define como un artista apasionado que busca sorprender, seducir y llamar la atención de su espectador. De hecho, en su trabajo en la medianera del edificio porteño de la calle Alsina, buscó alegrar la visual de los vecinos y darle color , vida y personalidad a una amplia pared de Buenos Aires . También, en su vida cotidiana como artista, trabaja con los paisajes que le brinda la naturaleza, es un verdadero amante del art land, una disciplina que crear arte a partir de la naturaleza; la moldea,la interviene y es su verdadera materia prima: “Si pudiera, esculpiría lo imposible, esculpiría las nubes”, dirá.

“Lo que he buscado con este proyecto es que la gente del barrio que pasea a su perro y que pasa por aquí todos los días, se detenga, lo contemple, lo disfrute y tenga una experiencia artística en plena ciudad de Buenos Aires a cielo abierto” .

El artista reflexiona en relación a la percepción de la obra de arte : “La mayoría de las personas creen que las imágenes vienen a nosotros, cuando, la realidad es que  lo que nosotros percibimos con los ojos son, basicamente son señales de luz, de color, que luego asociamos en nuestro inconsciente a diferentes olores, sonidos, tacto y sentidos, que interpelan directo a nuestra memoria, la cual hemos ido creando desde el momento de nuestro nacimiento. Luego, a medida que pasa el tiempo y se da el desarrollo natural , vamos adquiriendo más información, y nuestro cerebro la va actualizando tal como opera el disco rígido de una computadora”, aclara el artista.

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