Marcelo Hidalgo Sola nos lleva en moto a conocer el bodegón porteño La Capitana 


Hoy, la propuesta es disfrutar de la esencia de un verdadero bodegón porteño que además, nos invita a desandar los caminos de la historia. El acogedor bodegón La Capitana, ha unido con arte , distinción y bohemia, las dos pasiones del gastronómico Nicolás Quirno: la cocina gourmet y el ambiente de la política. Una iniciativa de gran calidad que se suma con una impronta personal al furor por los bares y restoranes que homenajean a Evita y Perón.

Almagro es un barrio con aroma a tango y arrabal. Sus tardes y noches se despliegan tranquilas y brindan el contexto ideal para disfrutar de un paseo en moto por sus calles y también, para descubrir las nuevas propuestas gastronómicas que en los últimos tiempos florecieron en el barrio. 

Entre ellas, se encuentra La Capitana, un tranquilo bodegón temático y vermutería que homenajea a quien fuera la abanderada de los humildes, Evita Perón. En la actualidad , este concurrido espacio propone toda una experiencia “inmersiva”, ya que abarca los cinco sentidos: tiene una ambientación que logra recrear un ambiente que, en un abrir y cerrar de ojos, nos transporta a la atmósfera política de aquellos años intensos de la política nacional.

Por otro lado, en este contexto que invita a sumergirse en la historia, también está la propuesta musical que aporta todo su potencial evocador al ambiente. En este sentido, solo hace falta que algún comensal solicite los acordes de la marcha peronista al encargado musical y enseguida, suena en el aire este himno popular. A todo ello, se suman los platos que puede ofrecer un bodegón típico , pero aquí toda la propuesta, se desarrolla con la más alta calidad gourmet, que junto con la ambientación, los detalles decorativo y la música -explica Marcelo Hidalgo Sola- construyen la evocación perfecta de aquellos años de la política nacional. 

La historia de la gesta de un bodegón temático. 

La apertura de la Capitana tuvo lugar casi en paralelo a la fecha en que se cumplían los 70 años del fallecimiento de Evita, el 26 de julio de 2022. Desde entonces, el bodegón y vermutería funciona a pleno y convoca una movida cultural interesante compuesta por público local y también ,por grupos de turistas para quienes la figura de la abanderada de los humildes posee ese toque mágico que los atrae y fascina como un imán.

Su dueño, Nicolás Quirno Costa cuenta de los inicios de La Capitana: “Un día decidí dejar atrás mi antiguo trabajo y unir mis dos pasiones más fuertes: la política y la gastronomía. Al principio mi idea era armar un típico bodegón, pero la arquitecta del proyecto nos entusiasmó con la idea de un restaurante temático que tuviera como ejes las figura de Evita y Perón. Paso siguiente, nos volcamos por completo a estudiar la vida de Eva Duarte para poder captar su esencia y recrear un lugar que fuera diferente en este sentido. Buscábamos que ella estuviera presente de alguna manera”

La impronta de Evita, ciertamente se hace presente en el aire del lugar. Al ingresar a La Capitana hay un gran cuadro que la pinta de cuerpo entero enfundada con el uniforme de la generala Juana Azurduy , una obra de la artista plástica argentina Angeles Crovetto. En las ventanas , también destacan verdaderas obras de arte : unos originales vitraux que llevan pintados las imágenes de Evita realizados por la talentosa ilustradora Guadalupe Belgrano, para cuya recreación , la artista se inspiró en las imágenes gigantes de Evita que están presentes en la Avenida 9 de julio.

Comer y beber en La Capitana

Aquí,las tardes suelen arrancar con buena música , buena compañía y con un vermut y una infaltable picada tradicional: variedad de quesos, jamones, embutidos y el mejor pan crujiente y sabroso. O para quienes prefieran, se puede optar por una variedad de cócteles y aperitivos con una surtida propuesta de tapeo que va desde rabas hasta langostinos, entre otras muy apetecibles entraditas . Ya, cuando van llegando las 20.30 y la hora de la cena convoca, el bodegón se prepara para recibir a sus primeros comensales, el gran horno de barro se enciende y la cocina comienza a desplegar todo el potencial de su magia culinaria. 

Los platos imperdibles para probar en La Capitana son: el pastel de papa suave, hecho con carne de ternera braseada que se cocina durante casi cinco horas a fuego lento en horno de barro, una preparación que lleva además, abundante queso ahumado y trocitos de panceta . La opción que sigue para recomendar , es el osobuco braseado con batatas al natural y salsa suave de champiñones con ajo, que le pelean el segundo lugar a la infaltable milanesa a la napolitana. Otros platos destacados del lugar son: el tradicional ojo de bife -a la parrilla- y un surtido de platos como guisos y pescas del día, todo a olla. 

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