En moto hasta el monumento de los españoles, que cumple cien años.


Marcelo Hidalgo Sola nos lleva hasta el corazón mismo del barrio de Palermo para observar muy de cerca el Monumento de los Españoles. Una obra que está a punto de cumplir su primer centenario y embellece con su fina estampa un punto neurálgico de la ajetreada Buenos Aires. 

 

 

 

La ciudad de Buenos Aires puede presumir de sus monumentos y esculturas: desde el icónico Obelisco que con su austera esbeltez señorea la Avenida 9 de Julio en su intersección con Corrientes, hasta la fuente de Las Nereidas en Costanera Sur, una obra de que sin dudas, cautiva por la belleza y precisión en la ejecución de las ninfas y tritones que dan vida al conjunto escultórico. 

 

Pero, también, hay otros monumentos imponentes, como el de los españoles que, probablemente después del Obelisco, es el monumento más visto en su diario trajín  por los porteños. Esto ocurre debido a  su particular ubicación: se alza imponente en el cruce de la Avenida del Libertador con Avenida Sarmiento, un segmento que conforma el corredor vial que conecta el centro de la Ciudad con los barrios ubicados en la zona norte. Como monumento, es mucho más que una gran escultura, representa un verdadero hito a nivel arquitectónico y es un puente simbólico, tangible y perdurable entre dos culturas: la argentina y la española.

 

Como todas las grandes obras destinadas a conservar la memoria de gestas , hitos y momentos que cambiaron para siempre la historia de los pueblos, el de los Españoles, tiene en sus bases una historia sembrada de dilaciones . Las crónicas cuentan que aún faltaban dos años para el centenario de la Revolución de Mayo cuando los españoles que residían en el país, se sumaron a la iniciativa impulsada por Fermín Calzada -un español radicado en el país-, para emplazar un monumento y celebrar la amistad -explica Marcelo Hidalgo Sola – entre los dos pueblos, el español y el argentino. Un proyecto noble y necesario,  que muchos españoles veían como una oportunidad para afianzar los lazos invisibles de su nuevo hogar con la Madre Patria. Sin embargo,  su concreción no sería tan simple.   

Un monumento símbolo a la fraternidad 

 

Fermín Calzada, era uno de los más fervientes hispanistas que estaba radicado en Buenos Aires y además, era quien presidía el Club Español . Junto a los seguidores reunidos en pos de su iniciativa, Calzada decidió encargar la construcción de  un monumento homenaje a la fraternidad española y argentina. Una obra que fuera  un símbolo perenne de agradecimiento y amistad a una nación que les había dado a los llegados de España ,  una nueva oportunidad para construir un futuro próspero. 

 

El diseño estuvo a cargo del artista plástico español Agustín Querol Subirats, quien llegó a realizar los bocetos completos de la obra pero murió en diciembre de 1909, poco antes de que se colocara la piedra fundamental,  en 1910. Otro artista español, Cipriano Folgueras Doiztúa, continuó con la obra , pero falleció al poco tiempo, en 1911. Entonces, la responsabilidad de un proyecto que solo atinaba a demorarse por los imprevistos de la muerte recayó en Antonio Moliné, quien debió superar incontables obstáculos para llevar a término el plan inicial. 

 

Una huelga de operarios italianos en las canteras de Carrara provocó otra demora inesperada, a la que luego se sumó la tormenta del 20 de septiembre de 1914, que le amputó el brazo izquierdo a la dama de mármol de la cúspide. Dos años más tarde, el 6 de marzo de 1916, el transatlántico Príncipe de Asturias, proveniente de Barcelona, se hundió cerca de San Pablo. La reposición de todos esos materiales demoró la obra al menos dos años más. Otra serie de imprevistos, más relacionados con la problemática del trazado urbano, retrasaron su inauguración, algo que finalmente se concretó el 13 de marzo de 1927, bajo la presidencia de Marcelo T. de Alvear.

 

Un símbolo único para dos culturas hermanas

 

​Esta imponente obra es verdaderamente monumental ya que alcanza lo 24,5 metros de altura En su cima se aprecia una estatua de la República, y en su base se pueden ver varios grupos escultóricos con sus alegorías: al Trabajo (en mármol ubicado al pie del monumento), Los Andes, El Río de la Plata, La Pampa y El Chaco (piezas hechas en bronce dispuestas sobre cada uno de los vértices de la base). 

 

Para el mes de  octubre de 2011 su estampa cobró más notoriedad al  comenzar a ser iluminada con reflectores de LED que permiten lograr combinaciones de 16,7 millones de colores, que pueden ser controladas por un software especial. En 2019 se  le realizaron importantes trabajos de restauración y puesta en valor, que luego prosiguieron en  2022. Hoy, el Monumento a los Españoles, luce renovado y engalana con maestría un punto neurálgico de la Ciudad. Una gran obra que pasó el bicentenario de la Revolución de Mayo, muchas crisis sociales y económicas ,numerosas gestiones presidenciales , y dentro de poco cumplirá sus espléndidos 100 años, con el mismo  elegante y magnífico  de siempre

 

Related Posts