Parque de la Memoria

De motos y monumentos por la memoria, la verdad y la justicia


Marcelo Hidalgo Sola sale al encuentro con la moto del llamado Monumento al Escape. Una original escultura ubicada en el Parque de la Memoria, obra del artista Dennis Oppenheim.

Conocer el Parque de la Memoria es una experiencia única. Hay que estacionar la moto para poder recorrer un predio cargado de intensidad emocional. Está poblado por obras de arte de diseñadores de todo el mundo que armaron sus instalaciones bajo la consigna: “Presentes, Ahora y siempre”, en referencia a las víctimas del Terrorismo de Estado ocurridas bajo la última dictadura militar.

Entre las obras emplazadas a lo largo y ancho del predio se destaca una por la originalidad. Es imposible no divisarla, son tres estructuras que simulan casas. Están superpuestas pero en un orden imposible. Las tres formas geométricas en rarísima disposición conforman el Monumento al Escape y hasta el más distraído caerá bajo la hipnosis de esta estructura. Llama la atención el diseño, la forma de estar emplazada, la sensación que provoca y el contraste que llamen la atención de un modo desestructurante. Ubicada en el Parque de la Memoria, uno de los espacios verdes más atractivos de la ciudad de Buenos Aires, a orillas del Río de la Plata, la obra se suma con su emplazamiento al lenguaje expresivo del arte a la interminable búsqueda de verdad y justicia.

La explicación que se brinda en el Parque para ayudar en la interpretación de la obra dice “Las tres formas geométricas que presenta la obra aluden a los centros clandestinos de detención y estas formas son reconfiguradas por el artista para que, en lugar de connotar encierro, expresen libertad. Así, estas formas arquitectónicas se liberan de la función que les fue impuesta (operar como prisión) y se transforman en formas artísticas que carecen de función específica pero que inspiran múltiples significados”, explica Marcelo Hidalgo Sola

Estar en el Parque de la Memoria permite recordar su origen .El proyecto surgió por iniciativa de diez organismos de Derechos Humanos. La propuesta fue presentada a los legisladores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 10 de diciembre de 1997 y el 21 de julio de 1998 se convirtió en ley. A partir de entonces se puso en marcha la construcción del Parque y del Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, que fue diseñado por el Estudio Baudizzone-Lestard-Varas y los arquitectos asociados Claudio Ferrari y Daniel Becker.

La instalación de Oppenheim, realizada en acero y vidrio laminado, entre otros materiales, fue de las primeras obras que se emplazaron en ese sitio y luego con el tiempo fueron llegando varias obras más. Entre ellas, una muy admiraba y que convoca a la profunda reflexión como lo es la obra Las Torres de la Memoria de Norberto Gómez, que constituye un patrimonio cultural en línea con un reclamo que sintetiza la larga lucha de Madres, Abuelas y otros organismos de DDHH.

Dennis Oppenheim (1938- 2011) fue un escultor muy reconocido dentro del circuito del arte escultórico de los Estados Unidos. Era oriundo de la ciudad estadounidense de Mason City, en el estado de Washington, y fue uno de los pioneros del Land Art. Un arte que utiliza a la naturaleza como marco, como lienzo en donde imprimir el diseño. El foco es que la obra tenga elementos naturales y que éstos se fundan con el entorno. Una vertiente novedosa y relativamente nueva del arte nacida a mediados del siglo XX que poco a poco fue sumando interesantes propuestas. Desde mediados de la década del sesenta el Land Art trató de valerse del paisaje como material creativo y simbólico, y también de fundirse o introducirse en la superficie de la tierra. Oppenheim fue un buscador y a partir de los setenta comenzó a incursionar en el arte corporal, las performances, en las que la fotografía, el video y el texto figuran como materiales destacados. Con el tiempo comenzó a destacarse con la escultura en espacios públicos mediante intervenciones artísticas que buscaban modificar el entorno natural, algo que llevó a emplazar obras en distintas partes del mundo. Es en esta etapa que el artista muy vinculado a las organizaciones de derechos humanos es convocado para realizar una instalación para el Parque de la Memoria.

En una breve biografía del artista, el Parque de la Memoria aclara que “las obras de Oppenheim, en particular desde la década de los noventa, se han caracterizaron por proponer la articulación de elementos contrapuestos e incluso contradictorios, quizás una metáfora solapada de la conflictiva naturaleza de la psique contemporánea” Y , esto último, sería una clave que explica por qué tres formas geométricas, que representan centros clandestinos de detención , en su superposición y con las puertas abiertas, terminan generando una sensación de libertad que estimula la memoria y combate el olvido.

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