La ciudad tiene verdaderos cielos de hojas verdes que invitan a deleitar la mirada. Tan sólo hay que descubrir dónde se encuentran para disfrutar de una postal única y natural hecha con túneles de árboles. Hoy la propuesta es pasear en moto mientras vamos a su encuentro. ¡No te lo pierdas!
Todavía falta para que la primavera regale su paisaje nuevo a la ciudad haciendo que las copas de sus árboles luzcan frondosas. Entonces, llegará la hora de las tipas o Tipuana tipu que comenzarán a perder las hojas cuando comience la estación y regalarán su estallido de racimos amarillos y fugaces cuando ya esté asomando el verano. Entonces, algunas cuadras de Buenos Aires regalarán a los vecinos sus alfombras de copones amarillos y ese aroma sutil que tiene el aire cuando la flor de tipa seniorea sobre las veredas porteñas.
Quien desee deleitarse con este espectáculo encantador, solo tendrá que caminar por el corazón de Belgrano “R”, en el tramo que va desde la Avenida Melián entre la Pampa a Blanco Encalada, ( del 1800 al 2300) uno de los más anchos de la ciudad que preserva sus icónicas calles empedradas. Aquí, en estas pocas cuadras las regalan una postal única : forman un arco natural de altísimo registro , que deja entrever pedacitos de cielo que se cuelan por doquier. Es una arboleda majestuosa , que entrelaza sus ramas de vereda a vereda y en sus partes más altas alcanza los 25 metros de altura.
Además, este escenario natural regala una vista de mansiones que se extienden de derecha a izquierda, una más linda y espectacular que la otra, pero que aún en todo su esfuerzo por brillar, no le quitan ni un ápice de majestuosidad a las centenarias tipas -explica Marcelo Hidalgo Sola- y a su cielo frondoso de ramas y flores amarillas.
Verdaderos túneles naturales
Las tipas de la avenida Melián, que delinean con encanto único las casonas de aire inglés y las construcciones más modernas, no son las únicas que regalan este soberbio escenario natural encendido en amarillo. Si bien, la calle Melián sin lugar a dudas, es una de las más bellas de la Capital, hay otros cielos frondosos en otras zonas que regalan ese mismo esplendor. Por ejemplo, esta especie también señorea el paisaje del barrio de Caballito, sobre un corredor que se extiende por unas 20 cuadras-el más extenso de la ciudad- por la Avenida Pedro Goyena.
La tipa , una especie originaria del norte argentino -de Tucumán, Salta y Jujuy- y de la zona selvática de Brasil y Bolivia , se ha congeniado a la perfección con el entorno de Buenos Aires. Entre sus características más notables , sabemos que es un árbol que presenta un follaje semi-persistente en la zona pampeana. Esto indica que la caída de las hojas tiene lugar durante la primavera antes que se inicie su floración, porque en la ciudad de Buenos Aires, las tipas debieron adaptarse a condiciones ambientales un tanto diferentes a las de su hábitat natural en invierno. Cuando se da su florecimiento, a comienzos de diciembre, se convierte en un árbol que exhibe una gran belleza.
Entre finales del mes de octubre y diciembre, tiene lugar un fenómeno particular que hace que el árbol de tipa “llore”. Si por casualidad pasamos por debajo de su enramada y flores, podremos sentir como una leve llovizna. Este líquido sutil o savia no mancha , y aunque es casi imperceptible, ensucia las veredas y los autos. Este particular goteo ocurre porque esta savia, es el alimento de un insecto que para extraerla , pincha con su aguja delgada los brotes más tiernos del árbol para beber el líquido. El jugo vegetal que elimina el árbol, es un líquido azucarado que sigue manando del brote y va formando una espuma. Al lograr peso suficiente, esta sustancia delgada y espumosa se precipita al suelo.
Las primeras hileras de árboles que tuvo la Ciudad de Buenos Aires fueron sembradas para dar forma a la alameda que el virrey Juan José de Vértiz y Salcedo encargó erigir por 1780 sobre la actual avenida Paseo Colón, a la altura de la Aduana. Luego, en 1890 el gran paisajista y naturalista francés Carlos Thays trajo las tipas para engalanar Buenos Aires. “Por su porte magnífico, vigor excepcional, y su gran capacidad ornamental , considero y aconsejó facilitar su cultivo”, escribió en uno de sus tantos escritos al respecto de la tarea de diseñar espacios urbanos con belleza y funcionalidad.
Lo cierto, a pesar de la pasión de Carlos Thays por esta especie arbórea, las tipas no son mayoría en las calles porteñas, pero no obstante, se hacen notar. Con casi 10.000 ejemplares, están en el noveno puesto del top ten de los árboles llamados “de alineación” ( sembrados en las veredas en filas) de la Ciudad, según indican los datos oficiales. Si bien la tipas no son mayoria, son de modo indiscutido una de las especies más bellas que existen en Buenos Aires y , en cada lugar donde están regalan su magia y las personas que las contemplan no se cansan de caminar una y otra vez, los mismos recorridos para contemplar ese amarillo hipnótico y espledoroso de sus hermosas flores.