Marcelo Hidalgo Sola invita hoy a hacer un alto con la moto en Miró Cafetín . Un pequeño rincón urbano, sencillo y tradicional del barrio de Palermo, ideal para disfrutar de un rico café acompañado de unas exquisitas medialunas. 

El barrio de Palermo es una usina inagotable de lugares para estacionar la moto, hacer un alto y tomarse un rico café. Las variedades son infinitas, pero siempre hay que elegir alguna y lo mejor es dejar que esa elección sea de acuerdo a la inspiración del momento. En la Avenida Pueyrredón, una de las más ajetreadas del barrio, se encuentra el pintoresco Cafetín Miró. Es un lugar bastante pequeño pero tiene mucho encanto. Está decorado con una paleta de colores intensos y alegres , tiene pocas mesas y su ambiente parece cálido , entre familiar y tradicional.

Este antiguo café porteño lleva un nombre muy artístico, Cafetín Miró, un nombre que evoca a la ciudad de Barcelona, a su magia nacida entre otras razones, por la belleza arquitectónica única que le han regalado a sus calles, los diferentes monumentos, esculturas y edificios que realizaron grandes genios y maestros de del arte, la pintura y la arquitectura contemporánea. Entre ellos ,se destacan Antonio Gaudí , arquitecto y creador de la célebre iglesia de la Sagrada Familia y Joan Miró, un pintor y escultor único que inventó un lenguaje del todo nuevo para la pintura y la escultura. 

En la ciudad de Barcelona pienso mientras degusto mi café y como unas ricas medialunas. Pero también, parecen ser muy buenas otras opciones que veo llegar a las mesas vecinas: tostados de jamón y queso, scons con mermelada y alfajores de maicena. Los mozos, que son muy cordiales, cuentan que trabajan allí desde hace varios años y que conocen a todo el barrio. La hora en la que más se llena el lugar es por las mañanas, antes de que comience la jornada laboral, así que quizás dicen, es mejor venir como hoy, al mediodía. 

Un buen mediodía en Barcelona

Mientras tomo el café y el sol baña mi rostro, mi pensamiento vuelve a Barcelona. Allí, donde la obra y figura de Joan Miró están omnipresentes en cada rincón , más aún, en el famoso parque que lleva su nombre ,el Parque Miró. Este inmenso predio construido en 1988 funciona como un gran museo a cielo abierto para que todos puedan disfrutar en un contexto natural , de piezas únicas de la gran obra de este genial artista contemporáneo.

Este gran espacio es una de las atracciones más singulares que tiene la ciudad, allí, se aprecia la vibración del arte a cada paso. El Parque Miró es un lugar que invita a demorar la marcha,a realizar pausadas caminatas por los dos ámbitos bien diferenciados que posee. Estos son, una gran plaza ubicada al nivel de la calle, en donde se destaca un ojo de agua con la escultura Mujer y Pájaro ; y el parque propiamente dicho, ubicado en un nivel inferior.

La zona verde del parque es algo muy parecido a un Edén natural. Allí, uno se encuentra con un espacio de sosiego y reparo que cuenta con senderos sombreados por una hilera pérgolas con plantas trepadoras que regalan aromas de jazmines y el color intenso y encendido de la Santa Rita. Una tupida arboleda enmarca los contornos que dispone en armonioso conjunto , especies de pinos, palmeras, chopos y encinas, todo plantados en una muy cuidada simetría 

Junto a la calle que se abre hacia uno de los laterales, llamada calle Vilamarí , nos topamos con un estanque en cuyo eje central se encuentra emplazada la Biblioteca Joan Miró. Un edificio que sorprende porque posee una puerta única. Diseñada en acero, la puerta está formada por dos batientes que recrean la figura de unos niños caminando y es en sí misma, una de las tantas obras de arte que regala el parque que se titula Escolares . Una obra que desestructura y fue realizada por los mismos diseñadores del Parque Miró. En el parque se pueden encontrar diferentes espacios con propuestas gastronómicas y cuenta también con pistas para hacer deportes, un área de caniles, un parque infantil y mesas de ping-pong.

 Mujer y pájaro

El elemento más destacado del parque es sin dudas, la escultura de Joan Miró, Mujer y Pájaro. (En lengua catalana sería Dona i ocell). Esta mega escultura fue inaugurada en 1983 y fue la última obra de gran envergadura que realizó Miró , quien ya era octogenario cuando la diseñó. Con sus 22 metros de altura y 5,29 de ancho , la escultura de hormigón armado representa a una mujer con su sombrero, sobre el cual se encuentra posado un pájaro. De forma ahuecada, tanto su interior como exterior están cubiertos de cerámica. El interior posee una cobertura total en mosaicos de color negro y su exterior presenta cerámicas en tonos de colores rojos, amarillos, verdes y azules (los colores que más trabajó el artista) . 

Los diseños fueron realizados con la técnica del trencadís por el ceramista Joan Gardy Artigas. Esta técnica ornamental es típica de la arquitectura modernista catalana y del modernismo valenciano. El término trencadís alude ,en catalán, a algo “picadillo o troceado”,y consiste en aplicar pequeños fragmentos, generalmente de azulejos, mediante el uso de argamasa, a otras superficies, creando coloridos diseños con vetas, matices y patrones únicos. Sin dudas, una técnica que destaca por su gran carácter lúdico, un verdadero juego entre los colores y el genio creativo del hombre , que en la obra Mujer con Pájaro, han encontrado su punto cúlmine.