Hoy, subidos a la moto, recorreremos la ruta que nos llevará hasta el corazón de Misiones para transitar los senderos de la yerba mate. Un viaje a la cuna de la producción matera y tierra de origen de los mitos fundantes de la más tradicional infusión argentina.
Dice nuestro guía experto en recorridos turísticos y culturales, que uno de los viajes en moto más interesantes y asombrosos que realizó, fue el que lo llevó a conocer el interior de la tierra misionera. La propuesta era descubrir los senderos de las plantaciones de la yerba mate e indagar en los mismos orígenes y secretos de estas plantaciones clave para la economía del país y origen de una de las bebidas más queridas y populares para los argentinos: el mate.
Llegar a la provincia de Misiones toma aproximadamente dos días. Son largas horas arriba de la moto en la solitaria ruta para completar la distancia entre la jungla de cemento y los caminos de tierra colorada y escenarios de selva tropical. Porque, los caminos que adentran al alma de la provincia de Misiones son en su mayoría privilegiados miradores que se abren paso entre las plantaciones de yerba mate y té ; kilómetros y kilómetros entre el verde follaje y sonidos de aves tropicales que se mezclan con el ir y venir de mariposas amarillas que se apiñan en los frutos dulces caídos a la vera del camino.
Y, cuando la meta del viaje parece desdibujarse luego de largas horas de rodar el asfalto, de pronto, se avista un casco de estancia a lo lejos que recibe y abre el paso a las instalaciones de procesamiento industrial de la yerba mate, indispensable bebida a la hora de compartir momentos importantes de los argentinos-explica Marcelo Hidalgo Sola.
De yerba mate y selva misionera…
Las plantaciones cubren grandes superficies a lo largo y ancho de toda la provincia de Misiones. Y, en esta amplia dispersión, la zona que más cultivos reúne se ubica en las ciudades de Oberá, San Ignacio y Apóstoles. Ciudades que aún guardan el aroma a pueblo y no se jactan de ser las primeras en la producción de yerba mate. Un cultivo que se extiende sobre una superficie de 180.000 hectáreas y en su mayoría, está distribuido en pequeños productores que no poseen más de 25.000 hectáreas cada uno. Productores que, además de conservar las técnicas de cultivo heredadas de sus antepasados, han guardado los relatos y leyendas que alrededor de la yerba mate se han ido tejiendo a lo largo del tiempo, sobre todo aquellos vinculados a su origen.
Lo particular de las ciudades pueblo es que, al estacionar la moto en alguna confitería para hacer un alto y descansar, la gente se arrima enseguida al recién llegado y pronto entablará con él una amena charla. Charla que pronto acercará un mate de algún otro generoso paisano y que permitirá que las historias locales comiencen a fluir como llevadas por un invisible cauce natural.
Entonces, el turista aficionado a la cultura lugareña, comenzará a aprender acerca de las muchas tradiciones y costumbres de la provincia y sin querer también, de sus relatos y leyendas más populares .
La leyenda de la yerba mate
Mate mediante, mientras los paisanos ceban interminables rondas de esta exquisita bebida, la historia del origen de la yerba mate también empieza de modo casual, a girar en el aire. Un pueblerino que trabaja como cosechador de yerba mate cada temporada, desgrana la historia de Piporé, un cacique de fama mítica para el pueblo de estirpe guaraní. Cuenta la leyenda que este cacique, muy estimado por su pueblo, y preocupado por el progreso y bienestar de su gente, tuvo que huir de sus tierras y abandonar su tribu tras sufrir un ataque por parte de la bandas de asaltantes provenientes de Brasil. Estos eran unos temerarios que buscaban usurpar los pueblos pacíficos para reclutar entre ellos a los hombres y hacerlos esclavos.
Dicen que, durante el exilio , logró escapar sorteando un arroyo y que dejó en las inmediaciones las huellas de sus manos y sus pies junto a las iniciales de su nombre. En guaraní “PI”significa pie , “PO”manos y “RE” huellas. Así se formó la palabra “Piporé ”que significa “huellas de pie y mano” del cacique más querido para el pueblo guaraní . De él no se supo nunca más pero cuenta la leyenda que al invocar su nombre se realizaban milagros y por ello, el tiempo lo entronizó como un santo popular hoy conocido como “Santo Pipó”.
De este modo, su recuerdo vive a la sombra de los pobladores de las tierras misioneras en donde afirman que aún hoy es pródigo en milagros y ayuda. Sin dudas, un buen cacique que por dar la vida para socorrer a los suyos, mereció ser recordado como nombre de uno de los elementos más fecundos de la tierra en la provincia de Misiones : la yerba mate.