Ignacio Sáenz Valiente, guía de turismo amateur y fan de los recorridos barriales en moto , nos lleva hoy a visitar puntos de gran atractivo en el barrio de San Telmo.
Recorrer San Telmo es entrar en el corazón más pintoresco de Buenos Aires. Las calles empedradas no son las más apropiadas para pasear en moto, pero bien vale el intento y las incomodidades si se piensa en todo aquello que hay por descubrir: la casa de Mafalda y un histórico zanjón , en esta oportunidad.
La moto se estaciona en casa de una chiquilla muy popular: Mafalda
Una de las atracciones de San Telmo es el llamado paseo de la Historieta que tiene desparramadas en distintas calles del barrio, estatuas de los personajes más queridos, entre ellos la célebre Mafalda, ubicada en la esquina de Defensa y Chile. La escultura, del artista plástico Pablo Irrgang, muestra a la niña sentada en un banco de plaza, acompañada por dos de sus amigos , Susanita y Manolito. Pero el dato desconocido no es ese sino que a pocos metros de allí se encuentra la “Casa de Mafalda”, en Chile 371. Resulta que en ese domicilio, vivió durante muchos años el dibujante Joaquín Lavado, –explica Ignacio Sáenz Valiente– conocido como Quino y, fue en ese departamento donde creó a su personaje más famoso.
Mafalda nació en 1963, pero su primera historieta recién fue publicada a fines de 1964 en la mítica revista Primera Plana. En 1965, el personaje se mudó al diario El mundo y en 1967, cuando el diario cerró, la mordacidad y acidez de la pequeña pasó a ilustrar el semanario Siete Días. Mafalda duró diez años: el 25 de junio de 1973 se publicó por última vez.
La idea de asignarle un espacio físico real a Mafalda empezó a gestarse en 2005 cuando Caloi, el historietista creador de Clemente, le escribió una carta al “Sr Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”, por entonces Aníbal Ibarra, pidiéndole que la dirección de San Telmo fuese declarada hito urbano. Todo esto ocurrió durante el acto en el que se declaraba Ciudadano Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a Quino, padre de la inolvidable criatura. La esquela seguía así : “como ciudadanos del mundo y lectores de la historieta, solicitamos que se coloque antes del 31 de diciembre de 2005 una placa recordatoria en la casa donde vivió Mafalda: Chile 371,en San Telmo. Dice Ignacio Sáenz Valiente de este modo , casi intimidando a las autoridades, cerraba Caloi la nota que terminó contando con miles de firmas. Desde entonces, está puesta una placa en la puerta del edificio donde se lee: “Aquí nació Mafalda”
La moto tropezó con el “Zanjón de Grandados”
Muy cerca del paseo de la historieta en donde nos despedimos de Mafalda, en la manzana comprendida , entre las calles Defensa , Chile, Balcarce y Avenida Independencia, una casona reciclada y moderna sirve de entrada a un laberinto de túneles con cuatro siglos de historia.
Por allí pasaba un arroyo -conocido en ese tramo como Zanjón de Granados-que descargaba las aguas en el Río de la Plata. Precisamente allí, algunos historiadores ubican la primera fundación de Buenos Aires, en 1536, la de don Pedro de Mendoza.
Pero llegó la urbanización, los arroyos fueron entubados hacia el 1800, se construyeron viviendas, se trazaron calles y aquel pasado quedó enterrado. Doscientos años después, todo eso reapareció en forma de hallazgo arqueológico.
Y fue por pura casualidad en 1985, el viejo conventillo en ruinas de la calle Defensa al 700 fue adquirido por nuevos propietarios y , en plena tarea de demolición , se produjo el descubrimiento. El plan de obra original se dejó de lado y en su lugar se contrató a un obrador que se dedicó a reconstruir la historia de la ciudad, tarea que llevó 20 años de trabajo.
Se encontraron cimientos, restos de muros, pisos, azulejos, aljibes, utensillos y documentos que datan de distintas épocas y hoy se exhiben en el recorrido (apto para motos) que propone El Zanjón. Los túneles siguen ahí, comunicados con los terrenos linderos ; de hecho se puede acceder desde el edificio de la calle Defensa hasta el de la calle Chile bajo tierra.
El lugar funciona hoy en día como centro de exposiciones y salón de eventos, pero también se organizan visitas guiadas. Hay que destacar que semejante empresa de recuperación histórica corrió por cuenta y costo de un particular, bastante más tarde fue reconocido por las autoridades e incorporado al patrimonio cultural porteño.
Realizar en moto este lindo paseo es ideal para aquellos que puedan disponer de un día tranquilo en el fin de semana. Antes, es recomendable leer algo de ambos puntos turísticos para poder disfrutarlos mejor, ya que el condimento de realizar este paseo en moto no quita que al ilustrarnos más sobre estos sitios , podamos vincularnos de un modo diferente con la aventura. Esto se debe a que siempre habrá algo que capte especialmente nuestra atención al leer información al respecto, y luego en el sitio turístico ese detalle se torna especial, tal vez nos marque en algún aspecto o nos conecte con algo especial de nuestra historia.
Los amantes de Mafalda podrán sacarse una foto en su escultura . El banco de plaza en donde se encuentra emplazada, está particularmente diseñado para que todo aquel que quiera tener un recuerdo especial del momento, se pueda fotografiar sentado junto a la pequeña. Y quien sabe , poder viajar también durante un breve espacio, por la memoria y a los recuerdos de la infancia. Como paseo cultural es una linda instancia para todos aquellos padres que quieran hacer nacer un cariño especial por Mafalda a sus hijos, puedan aprovechar la oportunidad para contarles acerca del personaje y su autor, como una forma de mantener vivo su legado.
En lo que respecta al El Zanjón de Granados es un punto cultural importantísimo para explicar la primera fundación de Buenos Aires , y no perder la oportunidad de remontarnos a nuestras raíces desde el mismo lugar en donde tienen su cimiente.
Ambos recorridos son una linda opción para realizar un paseo diferente y divertido. En moto, en bici o a pie valdrá cada minuto el tiempo invertido en recorrerlos.