Moto Kultural

De motos, luz y movimiento según Le Parc.


Marcelo Hidalgo Sola presenta una escultura ubicada en el corazón turístico de Recoleta, obra del consagrado artista radicado en Francia -máximo referente del arte óptico y cinético argentino- que es una de las últimas grandes incorporaciones en la galería de esculturas urbanas de Buenos Aires.

 El Río de la Plata fue la inspiración para esta obra. Una escultura cuyas ondulaciones imprimen en la materia el vaivén del oleaje rivereño. Una sensación que al contemplar la escultura genera un particular magnetismo, algo parecido a la hipnosis.

Las motos del grupo de paseadores turísticos urbanos “Moto Kultural” se han detenido a disfrutar de la escultura y del paisaje que la rodea, un entorno verde que resalta la figura y le dan el marco propicio para una observación contemplativa sin precedentes. A causa del efecto visual que convoca a visitantes y al público en general, es imposible no detenerse y contemplarla desde sus diferentes ángulos: por adelante, desde los costados y desde atrás. Porque con cada giro posicional, la perspectiva cambia y los efectos visuales hacen que la obra brinde un nuevo matiz, nuevos efectos, nuevas sensaciones dinámicas.

Hacia la luz, tal el nombre de la escultura, es una de las obras más recientes de la Ciudad de Buenos Aires y lleva la firma de Julio Le Parc, uno de los artistas argentinos más reconocidos del mundo y más longevos y que, hoy a sus 94 años, sigue creando en Francia, en donde se radicó y desplegó gran parte de su carrera.

La escultura fue inaugurada en diciembre del año 2016, y está emplazada en un punto estratégico de la Ciudad, en el centro de la Plazoleta Rubén Darío, sobre la Avenida Pueyrredón entre Figueroa Alcorta y Del Libertador, muy cerca del Centro Cultural Recoleta y del Museo Nacional de Bellas Artes un sitio que –explica Marcelo Hidalgo Sola– es muy transitado, especialmente durante los fines de semana.

Julio Le Parc ha expresado que se siente muy orgulloso de que una de sus obras, cuya inspiración profunda es la misma Buenos Aires, se luzca en la ciudad “Estoy muy contento de que una de mis obras esté en el espacio público de la ciudad por primera vez. Es un hito en mi carrera y en mi bitácora personal, porque amo la ciudad y la llevo en el corazón. Que una obra mía esté en su paisaje urbano es una forma de hacerme presente allí. Además, la ubicación es estratégica ya que permite que el efecto óptico opere con comodidad. En ese sentido, las modulaciones de la luz y el efecto cambiante se suman al movimiento permanente de las avenidas que la rodean, y en conjunto potencian a la obra.Esta instalación permite que el espectador desprevenido, o todo visitante o paseador casual,se relacione espontáneamente con la obra desde diferentes ángulos, gracias a que el estratégico emplazamiento le permite, mientras realiza el recorrido, disfrutar de una visión diferente cada vez”.

Le Parc, pionero del arte óptico y cinético, cimentó su carrera trabajando con la luz y el movimiento. La interacción del público es clave para él. Es por eso que no concibe sus esculturas como algo estático, sino que se mueven, por decirlo de alguna manera, dependiendo de la posición y la interpretación de quienes la estén observando. “Lo fundamental es sacar de adentro de uno mismo lo original, eso único que sólo el artista puede dar en su gesta creativa, lo que existe como invención, y estar atento a uno mismo más que al entorno. Sobre todo hay que evitar la búsqueda del éxito, que es una instancia que puede resultar engañosa y generar cortocircuitos con nuestro trabajo creativo”, expresó el artista respecto de sus trabajos.

Acerca del autor

Julio Le Parc nació en Mendoza el 23 de septiembre de 1928 y se formó en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, de la ciudad de Buenos Aires. Gracias a su temprano talento y esfuerzo, en 1958 fue becado por el Gobierno francés y se instaló en París, donde fundó el Grupo de Investigación de Arte Visual. Se enamoró de la ciudad Luz y allí asentó su residencia definitiva. Y, en su taller, desplegó una obra que se hizo internacional, bebiendo de diversas fuentes en boga de las vanguardias europeas. Presente en exposiciones y bienales, cosechó éxito tras éxito y comenzó a ser un destacado referente en el mundo de la escultura contemporánea. De una actividad prolífica sin precedentes, desde que se afincó en Francia, su carrera no iría más que en ascenso con destacadas intervenciones en paisajes urbanos de las más cosmopolitas ciudades del mundo como Venecia, Nueva York, Düsseldorf, Tokio, San Pablo y Miami.

A pesar de la distancia, en todos esos años, Le Parc siempre se mantuvo en contacto con Buenos Aires, desde aquellas exposiciones en el Di Tella en la década del sesenta, y su visita en 2016 para la inauguración de la obra Hacia la Luz en Recoleta. Adorador de Buenos Aires, siempre se manifestó con ganas de volver, pero con sus 94 años a cuestas, hoy , sólo la evoca con el corazón.

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