Una nueva y sorprendente escultura embellece el espacio urbano del barrio de la Recoleta. Emplazada entre un conjunto de árboles, la escultura enrulada de Pablo Reinoso, simula un árbol y busca mimetizarse con el entorno que la circunda.
Una nueva escultura engalana el espacio verde, armónico y dinámico de la plaza Ramón J.Cárcano del barrio de Recoleta. Es una de las obras más nuevas de la ciudad de Buenos Aires y, su entramado metálico de varios metros de altura, busca emular la figura de un árbol. La obra nació del taller del escultor Pablo Reinoso y fue emplazada en este sitio a fines de diciembre de 2019.
El autor la bautizó con el nombre “Aires de Buenos Aires” y la escultura busca expresar la necesidad que el ciudadano porteño tiene de disfrutar de un entorno saludable compuesto por elementos que le aporten calidad a la vida urbana. La colosal estructura mide seis metros de altura, y fue concebida como una escultura – árbol que, según lo expresara su autor, “está hecha por el hombre con y para la naturaleza; interpela al público e invita a vivir del espacio verde en diálogo con la obra, la ciudad y el entramado simbiótico que se da entre el paisaje y sus habitantes”.
Para el escultor, esta oportunidad única de lucir una obra suya en un lugar tan importante y destacado de la ciudad, y con una visibilidad de 3600 , es como tocar el cielo con las manos. La obra le permite comunicarle a la ciudad todo su ideario creativo y su meta como artista ambiental: “los árboles se comunican constantemente entre sí. Esta escultura es una forma de concientizar acerca de los árboles del futuro y del peligro que implica no tenerlos” explica el artista a Marcelo Hidalgo Sola-“Sabemos que si seguimos así los árboles del futuro serán inventos nuestros. Y la alusión al viento es también, porque nadie mejor que un árbol entiende la importancia del viento, sus hojas se mueven, sus semillas se desprenden. La escultura, en su parte superior, es flexible. Es una decisión que alude a esta relación natural e imperceptible para el hombre “.
En la parte superior, la escultura luce una cúpula enjambrada. Allí, en ese espacio que simula la copa de un árbol, el aire y la materia metálica se comunican sus esencias vitales y armónicas, dejando fluir el propósito existencial de la obra. El viento cumple un papel fundamental, ya que el enrulado metálico es flexible y está diseñado para mecerse con los vaivenes de las corrientes de aire, haciendo que la estructura vibre como si fuera un verdadero árbol y meciera sus propias hojas al son del viento.
La escultura no pasa desapercibida y gran cantidad de gente se detiene para contemplarla y admirarla. Vecina de la Iglesia del Pilar y del Centro Cultural Recoleta, la zona que cubre la plaza es atravesada por centenares de turistas, paseadores urbanos y vecinos. La obra le ha dado al lugar la categoría de un espacio artístico a cielo abierto que, con el entorno verde y demás atractivos visuales, crean una atmósfera propicia al sosiego, la reflexión y la contemplación urbana. Y en donde la escultura es la protagonista del lugar.
Un escultor con un perfil de obras que se fusionan con el entorno.
Reinoso es un porteño de ley fue ama a la ciudad de Buenos Aires y disfruta de recorrerla con mirada de turista. Nació el 8 de marzo de 1955 a pocos metros de donde está emplazada su obra, en un hospicio que funcionaba donde hoy está el Centro Cultural Recoleta. Se formó como arquitecto en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en 1978, en plena dictadura, se exilió en París. Por ser hijo de madre francesa no tuvo problemas en adaptarse al cambio y la pasión por el arte que heredó de su abuelo cuando era adolescente, y que pulió gracias a su mentor Jorge Michel, se transformó en un modo de vida.
De acuerdo con la Galería de Arte Xippas, su obra busca la reinvención del objeto cotidiano con humor y ligereza, pero un sesgo ético, el del respeto de la naturaleza y de los materiales, a lo que le añade una aguda crítica a las aspiraciones del diseño contemporáneo. Sus instalaciones y esculturas revelan un dominio del medio ambiente ligado a nuestra percepción del mundo, del paisaje y del espacio.
Las obras de Reinoso están presentes en museos y galerías alrededor del mundo como el Museu de Arte Moderno de San Pablo, el Museo Moderno de Buenos Aires, el MALBA, el Centre Georges Pompidou, Fonds National d’Art Contemporain, Musac y Musée des Arts Décoratifs, entre otros. Entre las más conocidas están los bancos espaguetis, objetos que mantienen su forma y su función, la de ser bancos públicos, pero que en sus extremos sobrepasan su límite de diseño, y adquieren un crecimiento orgánico y se expanden como una enredadera, de manera poco lineal.