Marcelo Hidalgo Sola nos lleva en moto hasta el barrio de  Recoleta para conocer a un coloso y gran titán. Una fornida escultura que sostiene con gracia y aplomo las inmensas ramas de un gomero centenario e ilustre.

Frente a la Iglesia del Pilar en Recoleta, se encuentra una de las esculturas más celebradas por los turistas y también por el público local. Se trata de la figura de un hombre poderoso que con su musculatura de hierro sostiene las inmensas ramas centenarias del gomero más viejo de la ciudad de Buenos Aires. 

Le dicen el Titán de Recoleta por razones más que obvias, pero se puede apreciar desde lejos, que el hombre de bronce pulido, de brazos turgentes y brillantes como de fisicoculturista de competición se luce verdaderamente en esa pose escultural. 

La obra es parte de un paisaje muy recorrido dentro de la ciudad de Buenos Aires.Una zona en la que es preciso detenerse, hacer un alto, dejar descansar la moto y sentarse a disfrutar de la vista del hermoso espacio verde y de las lomadas ubicadas en dirección hacia la Av. del Libertador. Aquí, es tan solo contemplar a la gente ir y venir, disfrutar del sol y pasear, un remanso perfecto para el cuerpo y el alma .

Piedra libre a un Titán 

Allí, a unos pasos de la Iglesia del Pilar, también se puede disfrutar de un café en la tradicional y coqueta confitería La Biela. Si uno sigue caminando, pegada a la confitería, en la plaza Juan XXIII,  descubriremos la perfecta escultura del Titán que pareciera esconderse debajo de un árbol añoso. La obra capta instantáneamente la atención porque es sencillamente, imponente. 

Mucha gente detiene su paso para sacarse fotografías con la escultura. Se maravillan de la gracia que lleva en su porte el hombre del árbol- explica Marcelo Hidalgo Sola- una mole de color del bronce que sostiene con sus brazos y sobre un hombro, una de las colosales ramas del gomero más antiguo de la ciudad. El Titán, no tiene ninguna placa en la base que lo identifique porque pareciera que no necesitarla porque , aquí los datos de la obra son lo de menos ,ya que no sería muy difícil reconocerlo y lo más interesante, es el efecto inmediato que provoca entre los observadores que lo descubren en medio de su paseo o caminata.

Se pueden apreciar las caras de asombro en la gente que se congrega a su alrededor. Los celulares y las poses de los turistas copian a la del gran Titán, que con una pose perfecta , por lo exacta y expresiva de la acción , sostiene al mega árbol, el magnífico gomero que se impone con su sola presencia. Afortunadamente, ambos están rodeados por una reja que los protege del vandalismo y, un banco solitario que quedó atrapado entre el gomero, la escultura y los espectadores.

La historia del gomero de la Recoleta

La historia del gomero es tan interesante como la figura del Titán. Sus ramas impresionan por la dimensión y el grosor y el despliegue sideral que lo asemejan a un pulpo marino del tamaño de un dinosaurio. Según consta en las actas históricas del barrio, el gomero fue traído de la India por los monjes recoletos y plantado en el año 1871, cuando la zona era una floresta de tupida vegetación, casi un jardín botánico repleto de especies exóticas traídas de todas partes del mundo. 

Desde entonces, el árbol no paró de crecer y crecer y crecer. Para tener una idea de las dimensiones reales del gomero, su tronco colosal mide más de siete metros de diámetro y su altura , superaría los 20 metros de alto. Su copa abarcaría media manzana ya que se calcula que tiene 50 metros de diámetro . Mucho para un solo  gomero centenario, no?. Su vista desde lejos es toda una maravilla; imponente en su esplendor y majestuosidad , su figura cautiva a quien lo contempla.

Lo cierto es que está aquí desde antes de que la Patria se forjara y es un testigo mudo de avatares, pestes, acontecimientos amores y desamores que nunca podrá contar, a pesar de haberlos vivido casi en primera persona.

La moto descansa a la sombra de la historia

Este gomero ilustre y distinguido  hoy luce engalanado con esta mega escultura del coloso Titán,  cuyo nombre artístico es ‘Atlas’ . La obra fue realizada como pieza escultórica por el artista Joaquín Arbiza. El material que utilizó su creador para la composición de la escultura,  fue la simple chatarra de autos viejos que soldó pacientemente en más de 3000 junturas para dar forma al coloso Titán, compañero de los días del gomero de Recoleta .

Su peso es relativamente poco, 250 kilos , en comparación con su altura 1,92 metros. Otro detalle interesante de este gomero coronado con escultura, es que se dice, que es el Padre de todos los gomeros que fueron plantados en la ciudad , que merecidamente y oficialmente, serían sus retoños. Un verdadero padre de la Patria en el sentido botánico, por decirlo de alguna manera.