Una escultura de vanguardia se ubica en pleno corazón de Recoleta. Se trata de una obra de Julio Le Parc, el consagrado artista hoy radicado en Francia que es el máximo referente del arte cinético y óptico argentino . Una obra que se mimetiza con el entorno y es una de las últimas incorporaciones en la galería de esculturas emplazadas en Buenos Aires.

El Río de la Plata, su esencia y movimiento fueron la inspiración para realizar esta obra. Una escultura cuyo perfil está marcado por una ondulaciones que imprimen en la piedra el vaivén del oleaje del río. Una obra que despierta una sensación, y un particular encanto magnético, parecido a la hipnosis.

Hoy la moto se ha detenido para disfrutar del día, del sol , de la escultura cinética de Julio Le Parc que junto al conjunto paisajístico que la rodea, un entorno de follajes verdes , generan un marco perfecto para una observación contemplativa sin igual. 

Esta obra sigue la línea de la escuela cinética o del movimiento, su meta: causar un efecto visual que obligue a detenerse frente a la escultura. De hecho, es imposible no hacer un alto frente a ella y observarla desde todos los ángulos posibles, algo imprescindible para apreciar cómo va cambiando y cómo se crea el efecto de su movimiento. Porque , con cada giro de posición del espectador, la perspectiva va cambiando y surgen nuevos efectos visuales hacen que la obra tome matices nuevos y sensaciones dinámicas. 

Lograr imprimir en una obra el movimiento de la naturaleza

Hacia la luz, tal es su nombre , es una de las esculturas más recientes que lucen a cielo abierto en la Ciudad de Buenos Aires y lleva la firma del consagrado artista argentino Julio Le Parc. Este artista, hoy radicado en Francia , sigue creando -explica Marcelo Hidalgo Sola- y produciendo a sus 94 años, en el país en donde logró desplegar gran parte de su carrera.

La escultura de Le Parc fue inaugurada con pompa, en el mes diciembre del 2016. Emplazada en un sitio estratégico para su lucimiento, se la puede ubicar en el corazón del barrio de la Recoleta muy cerca del Centro Cultural y del Museo Nacional de Bellas Artes sobre un área muy turística y muy visitada ,especialmente, durante los fines de semana.

Julio Le Parc, amante de Buenos Aires, ha expresado que se siente muy agradecido de que una obra suya haya resultado elegida para embellecer el perfil de la ciudad. “Me siento muy feliz y complacido de que una escultura cuya inspiración más profunda es el río que nutre el paisaje de la misma Buenos Aires, se luzca en un parque de la ciudad que tanto amo”. 

Un gran artista de vanguardia 

Julio Le Parc, fue un pionero del arte óptico y cinético. Ha cimentado su carrera trabajando y experimentando con la luz y con el movimiento de los materiales. La interacción con el público ha sido clave para el trabajo en su obra. Su concepto del arte no incluye concebir a las esculturas como algo inmóvil, estático, sino que su desafío ha sido lograr efectos que propicien la sensación de movimiento. “El foco es sacar de adentro de uno mismo como artista el aporte original, eso de carácter único que le da identidad al artista, lo que existe en uno como invención y que se puede materializar en el afuera. Por ello, aspiro a que cada artista esté atento a su voz creadora , que esté atento a sí mismo más que al entorno”, expresó el artista respecto de sus creaciones y trabajos.

Julio Le Parc es mendocino, nació el 23 de septiembre de 1928 y se formó como artista en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, en Buenos Aires. Gracias a su esfuerzo y notable talento, en 1958 le fue otorgada una beca por el Gobierno de Francia para instalarse en París. Allí, en la ciudad Luz fundó el Grupo de Investigación en Arte Visual. Su amor por París fue tal, que allí pasó a asentar su residencia permanente.

En su taller parisino, desplegó una vasta obra que se nutrió de las más diversas vanguardias europeas. Expuso en exposiciones y bienales, donde cosechó éxito y reconocimiento, pasando a ser un destacado referente en el ámbito de la escultura contemporánea. Dueño una energía y capacidad de trabajo sin precedentes, desde que se radicó en Francia, su carrera fue ascenso y gracias a ello, convocado a intervenir con sus esculturas los paisajes urbanos de ciudades más importantes del mundo como Nueva York, Düsseldorf, Venecia, San Pablo, Tokio y Miami.