Planetario de Buenos Aires: un paseo para estacionar la moto.


Marcelo Hidalgo Sola nos invita a hacer una de las paradas recreativas más interesantes y sorprendentes que ofrece la Ciudad de Buenos Aires. El Planetario con su cúpula encendida de estrellas es por la noche un espectáculo 100% diferente , educativo y espacial. 

Ubicado en el corazón de Palermo es un paseo más que obligado para realizar con los más pequeños desde hace casi 60 años. Además, el Planetario bien podría ser considerada una maravilla arquitectónica de fines del siglo XX en cualquier otra ciudad del mundo.Pero, por fortuna está en Buenos Aires, rodeado de un bosque y cercano a la orilla de un lago artificial.

El Planetario es para muchas generaciones algo más que un edificio inconfundible o una reliquia arquitectónica. Es , o ha sido quizás, el pasadizo mágico al mundo del Cosmos , una ventana a las galaxias , a las estrellas y a momentos inolvidables.

Es allí donde, cuando niños, soñamos con ser algún día astronautas para viajar por el espacio sideral. El Planetario y los recuerdos de la infancia siguen en un rincón de la memoria, pero también, este gigante y su gran anillo, siguen hoy, con propuestas renovadas, participativas y lúdicas invitando a los niños a soñar . 

Por eso, para tener una experiencia realista de lo que sería navegar por el espacio sideral , no se necesita más que acercarse a una de las zonas más lindas de la ciudad de Buenos Aires, al Parque Tres de Febrero, a los pies de los lagos de Palermo y adentrarse boleto mediante, a la aventura. 

El Planetario de Buenos Aires

Desde hace ya casi seis décadas el Planetario es uno de los ejes turísticos más destacados de la ciudad y un sitio de visita obligada de todo colegio primario y secundario de la capital. Los extranjeros suelen enamorarse de él , como todos -explica Marcelo Hidalgo Sola- a primera vista pero, al visitarlo, el atractivo crece y atrapa: la oferta se amplía a un museo , una plaza astronómica, dos telescopios de última generación y un meteorito propio.

El meteorito despierta el interés y asombro de todos. Esta piedra caída del cielo, fue encontrada en el año 1965 en la provincia del Chaco, en un área conocida como Campo del Cielo. Esta piedra meteórica tiene más de 4000 años y fue bautizada como La Perdida

También, en el Planetario se puede encontrar una verdadera roca del suelo lunar que está expuesta en un lugar de privilegio en una vitrina del primer piso. La roca traída de la Luna fue un obsequio especial al Planetario Galileo Galilei por parte de la misión espacial Apolo XI. 

La idea de construir un planetario para Buenos Aires

La construcción del Planetario fue una iniciativa que nació en 1958, de la mano del concejal José Luis Pena y del Secretario de Cultura de la Municipalidad de Buenos Aires. Juntos, soñaron que la ciudad podía convertirse en un foco de difusión del conocimiento espacial y así, cuatro años más tarde de aquel momento, se dio inicio a las obras bajo la supervisión del arquitecto Enrique Jan .

Finalmente el Planetario fue inaugurado con pompa, el 20 de diciembre del año 1966 y a la función de gala fueron invitados los principales destinatarios de la obra: los estudiantes de todo el país. En representación de todos, asistieron a la primera función del 13 de junio de 1967 alumnos de una escuela del distrito porteño y de otra de la Provincia de Buenos Aires ubicada en la localidad de Banfield. La apertura general al público fue recién el 5 de abril de 1969, casi dos años más tarde.

Según Jan,el arquitecto del proyecto, el edificio del Planetario es uno de los pocos que existen en el mundo que han sido proyectados y construidos en base a un módulo de triángulo equilátero. En el campo de las matemáticas esta figura geométrica plana es la más perfecta que se pueda trazar con un mínimo de lados idénticos. De este modo, el arquitecto buscó lograr en el diseño del edificio, el principio matemático de unidad primigenia.

El Planetario alcanza una altura de cinco pisos y tiene seis escaleras , una de ellas de forma helicoidal y una gran sala circular de casi veinte metros de diámetro. En el año 2017, momento de la celebración de sus 50 años, se realizó una gran reforma edilicia y en la parte del domo se hicieron modificaciones para poder proyectar contenido en 8K, una tecnología que permite una resolución de imagen de vanguardia. También, se aggiornaron las butacas y las alfombras, se renovó el tendido eléctrico y todo el juego de luminarias y como broche de oro se restauró completo el anillo de Saturno , elemento que le confiere la forma que lo caracteriza como edificio visualmente único y que queda impresa a la memoria de todos los que lo visitan. 

 

 

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