Aljibe colonial en Buenos Aires, testimonio de tiempos pasados

Marcelo Hidalgo Sola : de motos y antiguos aljibes porteños


Hoy visitaremos un aljibe de la época de la colonia que está ubicado en pleno centro de la ciudad. Un pequeño tesoro de la vida cotidiana de la antigua Buenos Aires que nos remonta al pasado y nos cuenta sus secretos.

Buenos Aires es siempre una fuente que emana tesoros escondidos. Sólo el ojo atento podrá descubrir en el transitar cotidiano de la ciudad, algunas piezas únicas, de museo que a plena luz del día comparten el espacio con edificios modernos de arquitectura desafiante. Por ello, una vez más nos subimos a la moto para llegar hasta un rincón de Buenos Aires que guarda el recuerdo de tiempos pasados como ningún otro. La época colonial sigue presente hoy, allí donde quedaron restos de sus construcciones típicas y desde estos mojones del pasado, viene a contarnos su historia.

Por ejemplo, este es el caso que nos convoca hoy al visitar un viejo aljibe, el único que sigue en pie en las calles de la ciudad. Está ubicado en el barrio de Recoleta, en la esquina de las calles Guido y Uruguay. Una verdadera rareza si uno analiza su estar a la intemperie,mudo y silencioso, emplazado con todo su ornamento de época: la base de mármol, los diseños barrocos en los hierros del soporte de un antiguo cántaro que se hundía para extraer el agua los arroyos subterráneos. 

Sin dudas una verdadera joya que nos habla de la antigua vida cotidiana de Buenos Aires , que sacude el calendario y nos lleva de un tirón al corazón del siglo XVIII.Ciertamente, muy pocos aljibes sobrevivieron a su época de esplendor. Quedan en pie muy pocos, todos bajo resguardo , al interior de las antiguas construcciones urbanas a las cuales prestaban su función. Tan sólo este ejemplar -explica Marcelo Hidalgo Sola- hoy de esquina, desafía las inclemencias del tiempo y luce su tranquila fisonomía en plena calle, a la vista de quien desee detener la mirada unos momentos en su fina estampa. 

Joyas de la antigua Buenos Aires a la vuelta de la esquina

En realidad, este viejo aljibe guarda un secreto: es una réplica del original que estaba en la misma esquina y fuera retirado para su resguardo . La réplica conserva la memoria del lugar exacto en donde estaba el pozo de agua de una casona antigua, cuando Recoleta era todavía una zona de chacras y quintas. Un lugar que gozaba de la paz y el remanso del silencio lejos del bullicio de la incipiente Buenos Aires. Pasó el tiempo, los lotes se dividieron, cambió la fisonomía del barrio, se sucedieron las generaciones de porteños y el aljibe se mantuvo ahí, ya como testimonio de una época luego de que fueran prohibidos, en 1880, con la llegada del servicio de agua por red.

Si bien muchas de las personas que pasan por esta equina siquiera se percatan de su señorial presencia, fueron los vecinos de la cuadra, más precisamente los del edificio que tiene entrada por Uruguay 1391, los que impulsaron de una protesta para que se devolviera a el aljibe a su lugar luego de que fuera levantado por la municipalidad. El original no volvió a su esquina de siempre, pero las autoridades hicieron una réplica para que los vecinos y el barrio pudieran seguir orgullosos de su tesoro de los tiempos de la colonia. 

Es que, ciertamente , a los vecinos les pareció más simbólico como pieza viva de la historia, que el aljibe estuviera en una esquina a que terminara arrumbado y olvidado en alguna dependencia pública. Afortunadamente, los vecinos quedaron encantados con la puesta en valor del patrimonio cultural, con una réplica del aljibe y con el hecho de que las autoridades porteñas mudaran al patio de la Sociedad Argentina de Escritores el original para su mejor conservación.

Más alijbes ocultos, más tesoros por descubrir en Buenos Aires

También, hay otros aljibes coloniales , hoy famosos, que guarda la ciudad de Buenos Aires en varios puntos de su geografía. Estos tienen el crédito de ser “originales” y de estar aún en pie , gracias a la suerte del destino que los ubicó en edificios ilustres que no han sido modificados por la voracidad edilicia del progreso urbano. Como reliquia y testimonio de tiempos pasados, varios de ellos se encuentran en espacios que funcionan como museos (hay un ejemplar en el Museo Fernández Blanco, otro en el Museo Histórico Nacional, también se exhibe uno en el patio interno de la Casa Rosada). La Santa Casa de Ejercicios Espirituales tiene también uno en sus jardines. Este un modelo con diseño muy austero, funcional y escueto ,sin rimbombancias , hecho para pasar desapercibido. Aunque desangelado de todo, sin gracia para el ojo, es un tesoro que se alza desde que Buenos Aires era puro barro y charco. 

Luego, también el patio del Cabildo conserva su aljibe intacto y en Recoleta sobreviven dos más: uno en el Centro Cultural y el otro en un rincón del patio trasero de la iglesia del Pilar. 

Por ello, quien quiera diseñar su propia búsqueda del tesoro colonial, bien puede hacer esta interesante recorrida por la ciudad tras las huellas de los aljibes ilustres, ,mojones de la historia que hoy se prestan a develarnos la historia de la vida cotidiana de los antiguos habitantes de Buenos Aires. Un paseo diferente, lleno de curiosidades y de historia.

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