Patio del Liceo en Buenos Aires, galería de arte y oasis urbano

Marcelo Hidalgo Sola y un paseo en moto para visitar el Patio del Liceo


Un reducto under se encuentra saliendo de la estación Agüero del subte D. En caso de que no puedas ir en moto, nos encontramos en la puerta de este Patio selecto, en donde bulle la originalidad y las propuestas de vanguardia de la ciudad de Buenos Aires. Imperdible.

Solo los amantes de los lugares raros conocen de su existencia. Próximo a una de las arterias más convulsas y agitadas de la Ciudad de Buenos Aires este pequeño sitio se deleita en su poca prensa .Lugar extraño si los hay, mezcla de oasis verde con arena, de estilo vintage, único en su especie, el Patio del Liceo encierra una de esas historias de la misteriosa Buenos Aires que tanto nos deleitan.

Este paseo que se abre al interior de una manzana típica de ciudad, fue la primera escuela shopping de la Capital y antes-, durante las invasiones inglesas-, un cementerio. En un rápido salto al siglo XXI, hoy, esta galería es como un nuevo Instituto Di Tella, un refugio del arte de vanguardia que se consagra desde lo marginal . Su mentor es un vecino del lugar , con visión de futuro ,Antonio Varela, patrono del Patio con club de fans en las redes sociales y al que se puede encontrar siempre en su interior.

El Patio del Liceo luce como una selva urbana con un despliegue de plantas que le dan un aspecto a paraíso escondido. Cuesta pensarlo a este Patio tan singular, en el corazón de Barrio Norte , exactamente en la avenida Santa Fe 2729, entre Anchorena y Laprida pero, aquí se encuentra y celebra su originalidad. Su nombre lo recibió de cuando fue, entre otras cosas, un liceo de señoritas y ya entrados los años 90 se transformó – explica Marcelo Hidalgo Sola- en una colorida feria de ropa de segunda mano vintage y en un edén de vegetación , vanguardia, arte y moda, con locales de diseños extravagantes y un puñado de artistas emergentes; pintores que abrían las puertas de sus ateliers al público y realizaban graffitis en todas las paredes.

Varela, su mentor le dice “la cueva del arte”. Él, con sus propias manos, arregló paredes, techos y cambió los pisos. Siempre dando vueltas por el Patio, si uno lo encuentra,seguro se entusiasmará contando por enésima vez la reconstrucción del lugar. Marta Minujín, amiga de Varela, le dijo en una oportunidad que no sabía cómo había hecho él para convertir en un lugar apto para el arte a tan tremendo desparpajo semiderruido . Pero hoy, con empeño y gracias al amor volcado en la iniciativa, este Patio logró convertirse en una propuesta cultural under con calidad de usina mítica al estilo de lo que fuera el Instituto Di Tella en los años 60’.

Una galería de arte en medio de una jungla artificial

En estas galerías vegetales con curiosos toques de jardín sevillano, hay una colección de locales con nombres poéticos que ameritan una segunda lectura para comprender bien qué clase de cosas podríamos comprar. Studio 488, Pasto y Fiebre son tres locales que ofrecen gran cantidad de artículos para el hogar con sello de autor y marca registrada de vanguardia latinoamericana. También hay una librería que no tiene nada que envidiarle por su encanto , a las más bohemias de Londres y París. Luego, al hacer algunos pasos más se encuentra (Purr) , un negocio de ropa en donde las texturas enamoran y llevan a los visitantes a “ronronear” de felicidad. 

También, hay un local de un diseñador de joyas eclécticas que luce sus creaciones junto con algunos otros objetos religiosos y “mágicos” a la venta; un popurrí místico que le da al Patio un perfil alternativo, artístico y de vanguardia ecléctica dentro de la ciudad.

De todos modos, no hay que levantar mucho la voz, porque estos circuitos disfrutan de ser un tanto anónimos y de prosperar en la tranquilidad que le proporciona el público del under.

Paseo para la vista que incluye la propuesta de ricos platos

El Patio es un paseo tranquilo para venir a llenar la vista y la imaginación de ideas nuevas mientras se disfruta de un lugar sereno en donde la abundante vegetación refresca y acompaña la propuesta descontracturante . Salir del lugar , es volver a la jungla de cemento en un abrir y cerrar de ojos, pero el momento que dura el paseo es suficiente para recuperar el aliento y beber de una fuente de aguas que renuevan el espíritu. Uno sale con aires renovados,con ganas de incorporar más el arte a la vida cotidiana y ser más creativo, más innovador y de llenar los ambientes de la casa de plantas colgantes de todo tipo. Un dato para tener en cuenta: el Patio es ideal para comer algo vegetariano en el local de comidas del lugar, en dónde el mozo que lo atenderá es el mismo Varela, porque él está como le gusta decir “en todo” y acto seguido se escuchará el chasquido de sus dedos . 

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