Marcelo Hidalgo Sola

Recuerdos de una moto frente a la Fuente de la Poesía


Marcelo Hidalgo Sola nos sumerge en uno de los recuerdos más poéticos que atesoró de Buenos Aires. Los de una época en que existió una fuente de la que manaba agua de los dioses: la Fuente de la Poesía. Hoy, ya no quedan rastros de aquella fuente única de la que fluían versos en vez de agua.

A metros de la Biblioteca Nacional, sobre la calle Agüero, entre avenida del Libertador y Las Heras, supo existir una fuente mágica y luminosa. Hoy, sus restos están ahí mismo, sin cartel que indique nada de lo que este espacio supo ser en otros tiempos. Borges, Cortázar y Girondo con su poesía hecha luz impregnaron este rincón de la ciudad y sin dudas, esa luz quizás descanse hoy aquí de manera imperceptible.

La fuente que dio vida a este lugar estaba compuesta por elementos poco convencionales para una fuente: una pared que se iluminaba con poemas y un reflector que era el surtidor de donde emanaban los versos como agua. Una pared y una fuente en perfecto maridaje. Dos elementos simples cuyo uso innovador y creativo iluminaron la noche de Buenos Aires durante 1997 hasta 2001. 

Al pasar por este espacio con la moto, es imposible no recordar las veladas en la noche abierta a la luz de la luna. Al caer el sol , automáticamente un proyector se encendía y sobre una pared proyectaba los versos de grandes poetas argentinos de todos los tiempos. A su vez , los versos se reflejaban en el agua de la fuente, y allí parecían bailar las palabras como peces. El espectáculo duraba hasta el amanecer, y la fuente se apagaba y se camuflaba con el paisaje urbano como una fuente más.

Una idea del todo original y luminosa

La idea de esta original fuente nació por los años 90’- explica Marcelo Hidalgo Sola- cuando comenzó a circular en arte el concepto de “intervención”. Es decir , intervenir espacios públicos de circulación con arte puro. Dos artistas urbanos comenzaron a trabajar en este concepto y pensaron la idea de montar una fuente que en vez de agua emanara poesía. Algo que hasta ese momento, no había sido realizado en ningún lugar del mundo. Silvana Perl y Enrique Banfi, creadores de la Fuente de Poesía,pensaban en un proyecto único, original , que fuera noble , bello y poético, y hablaban de intervención porque les parecía un vocablo un tanto más incisivo.

Perl se graduó en Bellas Artes a fines de los ’70 y desarrolló un tipo de arte que hizo foco en la naturaleza y el paisaje. Una idea que reflejó en sus obras fue la de hacer hablar a la naturaleza a través de la obra misma. Cuando se vincula con Banfi, le comparte su idea predilecta : la de intervenir con una obra de arte poética la circulación urbana y así atraer la atención de los poco contemplativos ciudadanos porteños. Una idea que resultó muy original para aquella época, y que tuvo un final feliz. El Gobierno de la Ciudad otorgó el permiso oficial para hacer uso de los elementos del alumbrado público y así, de un poste de luz se colgó el proyector que sostenía el milagro. Y la magia, noche tras noche durante cuatro años conmovió a la ciudad.Cientos de personas se convocaron aquí hasta el amanecer para presenciar el hechizo de unas palabras de luz agitadas por el rumor acuoso de una fuente.

Hoy, aquella fuente es quizás apenas un recuerdo lejano en la mente de algún porteño que, como otros tanto, sentirá nostalgia al pasar por este lugar que hoy luce apagado y triste. Dicen que muchas veces a la noche, la fuente se convierte en el tacho de basura privilegiado de la cuadra y de día, funciona como fuente de agua corriente para los limpiavidrios de la zona.

Hacia un rescate posible de la poesía

Confieso que al dar arranque a la moto y alejarme de esta esquina ,el corazón queda un poco arrugado, rememorando aquellos momentos benditos en que al caer el sol, se encendía el proyector y cada 45 segundos aparecían los versos de Neruda, Machado, Guillén, Girondo …y la fuente cobraba vida y regalaba poesía a todo aquel que pasara por allí y tuviera sed y quisiera beber un poco de estas aguas.

La poesía en este lugar fue el motor de sueños compartidos,de noches que se abrían a la magia de los dioses poetas que en el susurro del viento daban vida a la luz que le daba forma a las palabras y al agua , que las hacía temblar. Hoy el muro está en silencio , como dormido , a la espera de nuevos artistas que despierten a esta Fuente de Poesía de su largo sueño. Palabras, magia pura como platinados peces de luz o de fuego.

 

 

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