Escultura "El Pensador" de Rodin en la Plaza Moreno de Buenos Aires

Un recorrido que invita a pensar hasta la Plaza del Congreso


Marcelo Hidalgo Sola, estaciona su moto en la Plaza Moreno frente al Congreso de la Nación, donde está emplazada una escultura célebre de Rodín : ‘El Pensador”. Hoy vamos tras sus huellas para descubrir la propuesta de esta obra de arte . 

Transitar la zona donde se encuentra el Congreso Nacional puede ser de pesadilla. Más si uno anda apurado en los trajines cotidianos de llegar a tiempo al trabajo o a realizar algún trámite. Este no sería el caso, mi caso, pero la verdad que como mi intención hoy es visitar una importantísima escultura, la experiencia es mejor cuando se puede apreciar la realidad tal cual es, tal cual ocurre y ver como el arte juega su rol en la urbe y sus aconteceres. La nube de gente, los bocinazos, el clamor de los manifestantes que quieren hacer oír su voz aferrados al vallado que protege el Congreso es la nota que marca la jornada en la zona y entre todo esto, en esta nube y entramado de vida, se encuentra un tesoro, una obra de arte que invita a pensar. Se trata de una escultura original de Auguste Rodin , una obra importántisima y afamada que es un testigo mudo de todo cuanto ocurre por aquí. Justo en frente del tumulto, en la Plaza Moreno, está la obra más celebrada del escultor Rodin, y no hay que pagar entrada para verla, se luce en su pose de gloria sin decir más.

Auguste Rodin, fue quizás el más emotivo y romántico escultor que tuvo el siglo XX, un vanguardista que siguió más que las corrientes de la época , las corrientes que le insipiró su propio espíritu, su hacer de escultor. Trabajador incansable de la piedra muda, pasaba largas horas tallando hasta hacerla hablar, hasta lograr ese gesto preciso y exacto que le diera vida -explica Marcelo Hidalgo Sola -y a la gente, arrobarse al observar tan delicados gestos, tan expresivos rostros, tanta vida latiendo al ritmo mudo de esa eternidad compacta y marmórea. Sus esculturas celebraron todos los aspectos de la vida e invitaron muchas veces a la reflexión, a la interioridad.

Aqui, en uno de los laterales de la Plaza Moreno, a la intemperie y desde hace cien años, hay un hombre sentado que piensa. Solo. No hay gente sacando fotos, ni contingentes de turistas, ni nadie admirando tamaña perfección. Pocos saben que esta estatua de bronce patinado es nada menos que una réplica auténtica del El pensador de Rodin. Hay sólo tres en el mundo, fundidas en el molde original, y esta es una de ellas.

Una afamada obra de arte a cielo abierto

La célebre escultura forma parte de la obra Las puertas del infierno, creada por el artista francés en 1880 e inspirada en la Divina comedia de Dante. Rodin hizo primero un minucioso modelo de la figura del pensador en yeso. Decía que ese hombre pensaba no sólo con el cerebro, sino con todo el cuerpo. La pieza se llevó luego a gran escala y recién fue presentada en público en 1904.Pesa varias toneladas y es adusta, seria , un tanto inaccesible en cuanto al sentido, que es personal y a la vez universal. Diríase que transforma el pensar en un acto importantísimo, un acto gestador de mundos y transformador de vidas. “Que importante es pensar, que bueno es pensar y sobre todo hacer buenas preguntas”, pareciera decir este hombre sentado en su gloria eterna de escultura célebre.

El propio escultor se encargó de hacer dos copias más de “E Pensador” con el molde madre. Y las selló con su firma. Mientras que la original (número 1) se encuentra en el Museo Rodin de París, otra se puede visitar en Filadelfia, Estados Unidos. La que llegó a Buenos Aires fue adquirida en 1907 por el entonces director del Museo Nacional de Bellas Artes, Eduardo Schiaffino, quien propuso colocarla en las escalinatas del Congreso de la Nación. Pero la escultura, corrió la suerte de ser emplazada en la Plaza de enfrente, con la gente y la nube de palomas. Allí se sentó a pensar y a invitar a pensar. Sólo que, pareciera ser que la invitación, a pesar de ser tan contundente, pasa desapercibida para las personas que transitan por este lugar. Mientras decenas de personas cruzan apuradas, ensimismadas la Plaza , pasan delante de la célebre escultura sin siquiera mirarla y sin preguntarle al menos, en el último atisbo de curiosidad , en qué es aquello en lo que tanto piensa y con tanta concentración.

A los turistas que veo en la zona y me piden consejos acerca de qué visitar y qué ver en la ciudad les digo: crucen la calle, ahí en la Plaza tenemos un Rodin. Expuesto a la intemperie el pensador lo pasó bastante mal tiempo atrás : fue intervenido y grafiteado varias veces. Hoy, luce “blindado” tras un grueso vidrio y aun así, nadie que pasa por aquí se pone a pensar por qué será…. 

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