Saltos del Moconá

Aventura en moto hasta Misiones: Saltos del Moconá


Marcelo Hidalgo Sola relata su experiencia en moto por las rutas misioneras. Un recorrido único para apuntar cada detalle de la odisea.

Conocer en moto destinos de una de las provincias más lindas de la Argentina, no tiene precio. Aunque ,saliendo de Posadas son arduos 300 kilómetros de ruta hasta el Parque Provincial Moconá, cada tramo, por la belleza paisajística es un regalo.

A pesar de la concentración que demanda estar al volante de la moto, se puede apreciar la vegetación exuberante y salvaje que circunda la carretera. Al ir acercándose el destino se puede percibir el rugir de las cataratas en la selva, que envuelve con sus sonidos y su penumbra, sus árboles entreverados como el palo rosa o la caniafístula, sus aves con nombres poéticos como bailarín, su exuberancia.

El aire está cargado de vida, árbol o pájaro, y la luz del sol se cuela entre el follaje prieto que forman las plantas selváticas y se entremezcla con los ruidos de animales que se oyen pero no se ven. La temperatura aquí cálida durante todo el año hace propicia esta quietud todo lo impregna.

Pero el clamor no es sobrenatural sino que se trata de la bravura del agua del río Uruguay que cae estrepitosamente sobre sí mismo durante 3 kilómetros paralelo a su curso, a cuenta de una falla geológica en los llamados Saltos del Moconá-el que todo lo traga, en lengua guaraní-, dentro del parque provincial homónimo en el centro este de Misiones

La selva en todo su esplendor y la maravillosa catarata de este cañadón angosto tienen su continuidad en la costa opuesta del lecho de agua en el Parque Estadual Do Turvo, que forma parte de la Reserva de Biósfera Yabotí, ya en el vecino Brasil. Se trata de un gran corredor verde de 253.773 hectáreas muy importante-cuenta Marcelo Hidalgo Sola- , desde el punto de vista de la conservación de las especies de flora y fauna endémicas, algunas en peligro de extinción.

Esta maravilla es poco conocida: sólo lo visita el 5 por ciento de los turistas que llega hasta Iguazú.Las razones son la lejanía y la aún precaria infraestructura. A pocos kilómetros hay un puente bajo que cruza un arroyo que frecuentemente se inunda y deshabilita la llegada a los saltos .

Las salidas se organizan desde la localidad de El Soberbio, a 70 km , desde donde sale un colectivo diariamente hasta la puerta de entrada del parque. Además allí , se puede descansar en cabañas y en hoteles confortables.

 A medida que la moto avanza camino a los saltos, la zona se vuelve cada vez más agreste, ya no hay viviendas y la selva envuelve de forma amenazante la carretera. En medio de este recorrido al interior de madre tierra, finalmente se llega a destino. La ruta se corta con la selva y un entorno urbano mínimo recibe a los visitantes. Afortunadamente la carretera está en buen estado de mantenimiento y se puede circular sin temer sobresaltos. Se recomienda salir de regreso hacia Posadas a media tarde y que no baje la noche ya que las instalaciones no están preparadas para albergar ,sin reserva previa, a ningún visitante.

 La moto descansa al pie de los saltos

El parque provincial Mocoretá diseñó tres senderos para su recorrido. El de La Gruta de 1200m; Chachi-nombre de un helecho arborescente en peligro de extinción-, de 1800 m con árboles centenarios y un mirador al río frente a las costas de Brasil; y el Sendero Mítico. Este último propone un recorrido de baja dificultad, ideado para ser recorrido por niños y adultos mayores. El camino se destaca por desplegar a lo largo, una continuidad de carteles con las leyendas e historia de los saltos y de las plantas más características de la selva.

El broche de oro de la experiencia es la navegación por el río Uruguay e ir al encuentro de los saltos. Cada 15 minutos salen las lanchas del embarcadero para recorrer en 25 minutos la espectacular cortina de agua conformada por un centenar de pequeñas cascadas a lo largo de varios kilómetros.

La aventura de la navegación promete la adrenalina de recorrer el río a contracorriente. El ruido del agua es ensordecedor y las olas chocan contra la punta del gomón y empapan a los emocionados viajeros. Las lanchas se acercan a las caídas que parecen tragarlo todo pero no, el gomón resiste y sigue hasta la siguiente embestida contra la pared de agua hasta que decide retornar. El plan no es para miedosos; sí para aventureros y personas que aman la naturaleza.

En un día se pueden realizar todos los paseos y la navegación, si la lluvia decide no caer ese día ( si se inunda el puente del arroyo ya no se puede salir)

Antes de viajar conviene verificar en la web del parque (www.saltosdelmocona.tur.ar) si se encuentra habilitado, ya que depende del caudal del arroyo que debemos cruzar para acceder a la entrada. Una aventura imperdible para realizar en una jornada de un día completo con la moto. Disfrute y emoción garantizados.

Related Posts