Marcelo Hidalgo Sola Venezuela parte 2

Viaje a la Gran Sabana, Venezuela, parte 2


Ya llegamos a la Gran Sabana, es un paisaje majestuoso, interminable, distinto, una soledad que abruma. Es obvio que, en aquellos años, la infraestructura hotelera en la zona era muy precaria en general, por lo que íbamos dispuestos a lo que venga. Nuestro punto a lograr, era el Torom Meru , y como dice esta palabra, es un salto de agua.

Nos desviamos de la ruta principal, de tierra, para adentrarnos, hacia el poniente, en la sabana. Vamos siguiendo las huellas, hasta que cae el atardecer, y decidimos “acampar” en medio de la nada. Digo “acampar”, porque lo único que hicimos fué sacar algunos víveres y vino (agua por supuesto que también ), y pernoctar a la intemperie, o recostados debajo de los autos. A la mañana siguiente, pudimos apreciar un Tepuy, al fondo, en toda su magnitud.

Interesantes algunas poblaciones que pasamos, como Kavanayen, en lo profundo de la Gran Sabana, donde sus construcciones de piedra son muy impresionantes.

Retomamos camino, y la huella se fue poniendo mas dura, y natural, por lo que debimos vadear riachos y pozos de agua, y distintos quiebres y accidentes del terreno. Al final, llegamos al Torom Meru. Aquí sí hacemos campamento, armando la carpa y demás elementos para pasar la noche. En general, las noches son frescas, y no había bichos molestos. Al día siguiente, nos bañamos en las aguas del rio, y disfrutamos del entorno, para arrancar nuevamente, rehacer camino, para volver a la ruta principal, y seguir al sur, hacia Santa Elena de Huairen, haciendo escala en otra localidad, llamada Apunguao, donde hay otro salto de agua.

Al fin llegamos a Santa Elena, nos alojamos, y al dia siguiente cruzamos a Brasil, una población llamada Pacaraima, sólo para ver que era. Ahí me compro un machete, el cual todavía tengo, y que me fue muy útil en mi campaña chaqueña.

Marcelo Hidalgo Sola Viaje Sabana Venezuela

Sin mas que hacer por el barrio, decidimos emprender el regreso, pero no era a Caracas que volvíamos, sino hacia San Cristobal, Estado Táchira. Ya conociendo el camino, decidimos acampar antes de bajar hacia el KM 88, y atravesar esa población y Eldorado, pero de dia, y asi fué, logrando llegar a Ciudad Guayana nuevamente, donde pernoctamos. No podíamos creer tener un baño cómodo y limpio y toallas suaves y todas esas cosas que nos hacen sentir cómodos. A la mañana siguiente, después de un opíparo y suculento desayuno -traíamos un hambre atrasada importante- , emprendemos camino, y al llegar a Ciudad Bolivar, en vez de atravesar nuevamente el puente sobre el Orinoco -se adjunta foto de él-, continuamos sobre la margen sur, bordeando siempre este inmenso rio, hacia Puerto Amazonas y su Tobogan de la Selva.

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