Marcelo Hidalgo Sola nos invita a un recorrido en moto para conocer la obra que el artista argentino Julio Le Parc instaló en Ezeiza. El Sol es una gran esfera brillante y majestuosa que despide a los pasajeros que dejan el país . Con inspiración en la bandera nacional, la obra promete convertirse en un emblema singular de todos los argentinos.
Desde los últimos días del mes de abril, el hall principal de la terminal de Partidas del Aeropuerto Internacional de Ezeiza luce transformado. Una esfera gigante, dorada y fulgurante encandila la vista e hipnotiza a todos los pasajeros. La luz que llega de los amplios ventanales de vidrio del entorno, la hace destellar como si estuviera encendida de sol. Y, precisamente, “Sol”es su nombre y es el móvil más grande que jamás haya ideado y construído a lo largo de su larga trayectoria, el artista argentino Julio Le Parc.
Esta gran esfera dorada fue concebida como un homenaje visual a la bandera nacional. De hecho, el día de su inauguración, todos los presentes, pasajeros , autoridades nacionales y de Aeropuertos Argentina , pudieron comprobar de primera mano cómo la luz dorada de los cristales se fundía con el blanco y celeste del cielo que ingresaba a raudales por los amplios ventanales de la terminal de pasajeros. Algunos, incluso, afirmaron que por su belleza y fulgor se convertirá con el paso del tiempo, en un nuevo emblema de la Argentina de cara al mundo.
Con un peso que supera las dos toneladas y unos diez metros de diámetro por diecinueve de alto, la colosal pieza une en un original entramado unos 2913 cuadritos de acero inoxidable espejado de 33×33 centímetros . Así, la esfera se enciende y refulge como un pequeño sol en el hall de partidas de la terminal, iluminando y reflejando los pasos -explica Marcelo Hidalgo Sola- de los pasajeros en su discurrir por este singular espacio.
Un verdadero sol fulgurante
“Esta obra va a permanecer de modo permanente en la terminal como una decisión de la empresa Aeropuertos Argentina de ofrecer a todos aquellos que utilizan las instalaciones: , pasajeros,ciudadanos y la sociedad toda, una obra de arte magnífica realizada especialmente para este espacio, del destacado artista argentino Julio Le Parc. Queremos que con esta hermosa obra, el paso por el aeropuerto pueda ser una experiencia placentera y artística y una particular forma de hacer visible el talento de nuestros artistas. Por ello, la obra Sol, forma parte de ese objetivo puntual como una gran apuesta a la cultura”, explicó Jorge Rosales, director de Asuntos Corporativos en Aeropuertos Argentina.
Ciertamente, cada una de las setenta mil personas que circulan diariamente por este espacio de Ezeiza, desde fines de abril pueden disfrutar de una experiencia de alto impacto visual, como si se tratara de un museo pero en el mismo Aeropuerto Internacional, gratis y casi a cielo abierto. Las autoridades de Ezeiza calculan que por embarcan unos 35.000 pasajeros, que en promedio llegan hasta la terminal con un acompañante. Por otro lado, unas 25.000 personas trabajan en el aeropuerto,que en sí mismo es “una pequeña ciudad”, como lo explica Sebastián Villar Guarino, gerente general de la unidad de negocios de Ezeiza.
“Julio Le Parc es uno de los artistas contemporáneos vivos más importantes del mundo. Poder contar con una obra tan colosal como este móvil dorado es, simplemente, extraordinario. Si uno se para en el centro de la esfera y mira hacia arriba , se puede apreciar de modo perfecto como el contraste con el cielo de los contornos forma la bandera argentina . Va a ser, en poco tiempo, un verdadero ícono de este lugar y de toda la Argentina”, agrega Rosales.
Sol , el mayor de los móviles de Le Parc
Las primeras experiencias creativas de Le Parc con este tipo de móviles datan de la década del 60’. De aquellos primeros pasos en esta dirección diría el autor : “Me di cuenta, casi de modo inmediato, que con los móviles podía adentrarme en un mundo nuevo donde experimentar de forma independiente los mismos problemas de índole artística que me preocupaban en aquel momento, es decir cómo representar la múltiple variedad de situaciones y puntos de vista en una misma experiencia artística y visual. Los conceptos de movimiento, de inestabilidad y de probabilidad venían a mi como una recurrencia cíclica”, detalló el artista en un escrito de 1971 que puede leerse en su página web.
Como buen referente del arte cinético , Le Parc le exige al espectador un gran protagonismo, un rol siempre activo y vital. Esto queda muy claro cuando decenas, cientos y miles de personas se reflejan en los pequeños espejos de Sol, construyendo una danza singular a medida que suben por las escaleras mecánicas de la terminal para embarcar. “Esta obra reafirma el pensamiento artístico que mi padre desarrolló allá por 1960 donde su preocupación central era hacer un arte que fuera accesible a todos”, cerró su hijo Yamil.