Marcelo Hidalgo Sola nos invita hoy a un paseo por la icónica calle Florida. Esta peatonal que recibió su nombre hace 200 años, fue por excelencia la vidriera de la aristocracia porteña desde su época de esplendor hasta su decadencia. Hoy como ayer, combina una variada propuesta comercial, gastronómica y financiera que no pasa de moda y lucha por no perder su identidad.
La calle Florida es la peatonal más famosa de toda la Argentina. Está ubicada enla Ciudad de Buenos Aires , en el corazón financiero de la gran metrópolis sudamericana. Hoy, con casi doscientos años de historia a cuestas, sigue siendo un punto referencial para el turismo y clave para la vida laboral de miles de personas cada día. Recorrerla, tiene una mística particular, un encanto singular, donde el pasado y el futuro se unen para darle a la calle Florida, esa cualidad única que hay que descubrir de a poco, a medida que la transita y su esencia se va sintiendo a medida que se nos cuela por la piel.
La historia dice que la calle Florida recibió su nombre en honor a una batalla clave para la independencia, pero que nadie recuerda. El 25 de mayo de 1814 el ejército criollo bajo las órdenes de los coroneles Ignacio Warnes y Juan Antonio Álvarez de Arenales vencía en combate a las fuerzas realistas en el Valle de la Florida, una zona que hoy es territorio boliviano. La victoria fue un mojón clave para el sostenimiento del proceso revolucionario de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Por este motivo, el nombre de aquel olvidado y trascendente combate para la independencia le fue dado para la posteridad a esta calle porteña, doscientos años atrás.
En la época del Virreinato del Río de la Plata, se la conocía de modo coloquial – explica Marcelo Hidalgo Sola- como calle Del Correo. Luego, tiempo más tarde, en 1789 sería la primera en ser empedrada de Buenos Aires, y por ello fue rebautizada espontáneamente como Del Empedrado. En 1808, con las Invasiones Inglesas, su nombre coloquial trocó por el de Unquera y en 1824 recibió su nombre actual : La Florida. Más tarde, el Gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas optó por llamarla Perú, pero en 1852 recuperó el nombre que evoca el triunfo del ejército criollo en la gesta independentista de 1814. En el año 1913 algunos tramos se hicieron peatonal y en 1971, se decidió ampliar esta categoría a toda su traza.
La calle Florida del esplendor al ocaso
En esta línea de tiempo, lo importante es lo que representa la calle Florida para la historia porteña: un nervio que late y ha latido siempre al compás de los cambios y vicisitudes del país. Por ejemplo, en este sentido, la calle Florida fue la pasarela en donde brillaron los primeros esplendores de un país que se posicionaba como “granero del mundo”. Muestra de ello, es la icónica Galería Güemes, gemela de la parisiense Lafayette , una construcción que se alza en Florida al 500. Este edificio, con su espectacular cúpula vidriada, arquitectura y ornamentación exquisitas trae el aire y la impronta de lo más elegante y distinguido de París a Buenos Aires.
Por otro lado,la calle Florida supo ser el reflejo de las grandes crisis que vivió el país en las últimas tres décadas .En los momentos más álgidos en materia económica, el dramatismo de persianas bajas y de un sin número de locales en alquiler, angustiaba a quien caminaba por esta arteria urbana, que en esos tiempos,reflejó como ninguna otra, el drama de una economía devastada en donde la tristeza y la incertidumbre se podían percibir en el aire.
“Es realmente muy impresionante el conocer en sus detalles la cantidad de eventos importantes para la vida social, económica y cultural que transcurrieron aquí en la calle Florida”, dice la guía de turismo Valeria Novoa. En el kilómetro y medio de su extensión, que nace en Rivadavia y llega hasta la Plaza San Martín se da una particular conjunción de lo que alguna vez fue una calle vidriera del estilo de vida patricio con un paseo de compras que hoy, en gran medida depende del turismo extranjero.
El pulso de la élite porteña
Durante mucho tiempo, la calle Florida estuvo asociada indefectiblemente a los sectores sociales con más poder adquisitivo del país y al estatus político. Para este sector, lo más importante era ostentar al mundo su estilo de vida, que podía igualarse al de las mejores capitales del mundo . Por ello, el caso de la Galería Güemes resulta emblemático, ya que en su momento fue un sitio que reunía las mejores marcas comerciales, distinguidos cafés, un teatro y un cabaret. Un lugar clave y distinguido para la socialización en los tiempos en que Argentina vivía su propia belle époque.
“Florida fue calle de lo top, la peatonal que de alguna manera midió el pulso de la ciudad”, explica Novoa. “Cuando la calle no era peatonal, por aquí pasaban las señoras y los señores con sus carros de caballos soberbios. Algunos carruajes tenían diseños exquisitos y eran importados de Rusia y de Francia. Más tarde, llegarían los primeros autos también a realizar su desfile. Así, la calle Florida muestra cómo latió al compás de la economía argentina de la primera mitad del siglo XX. Luego, la historia junto con la vida comercial de Florida seguiría su curso,y llegaría la decadencia de la belle époque, pero eso es otra historia …” finaliza nuestra guía.