Una moto tras los pasos del escritor Antoine de Saint-Exupery por Buenos Aires


Marcelo Hidalgo Sola propone una recorrida en moto para descubrir las huellas del autor de El Principito en la época en que residió en Buenos Aires en donde reconoció haber pasado los mejores días de su vida.

 

 

La Galería Güemes ubicada en Florida 167 es un lugar que atesora el paso de muchos de los más ilustres y queridos personajes del mundo literario universal. Hoy, el recorrido nos invita a descubrir las huellas del creador de El Principito, Antoine de Saint-Exupéry, quien vivió en la Galería durante el breve lapso que residió en Argentina, entre los años 1929 y 1931. 

Saint- Exupéry aterrizó por primera vez en suelo argentino el 12 de octubre de 1929. Hasta aquí lo trajo una interesante propuesta laboral para ocupar el cargo de Director de Tráfico de la Compañía Aeropostal Argentina. La firma era una filial local de Compagnie Générale Aéropostale de Francia, una empresa dedicada al transporte de correo y de pasajeros. 

El escritor venía con la misión de abrir nuevas rutas comerciales pero para ello, primero debía explorar el vasto territorio de la Argentina y así fue como se pasó largos meses volando en solitario sobre la Patagonia. La apertura de rutas en el sur del país, implicaba cubrir un terreno inhóspito. Una misión complicada, sólo apta para pilotos expertos dueños de una destreza aguda que les permitiera aterrizar, en caso de ser necesario, en medio de la nada y sobrevivir .

 

La habitación Nro 605, Torre Mitre

Cuando el trabajo le permitía pasar algún tiempo de descanso en la ciudad, Saint-Exupéry se alojaba en la Galería Güemes, en el departamento nro 605 del piso sexto de la torre Mitre . En sus memorias que escribiría más tarde, el escritor cuenta algunos momentos de su rutina diaria en los que incluye el tiempo transcurrido en su habitación- explica Marcelo Hidalgo Sola- . Allí, según su relato, solía reflexionar y escribir acerca de todo aquello que pasaba por su mente durante las largas horas de vuelo sobre el desierto patagónico. Dice, que en esas instancias, subido a su avión, pasaba los mejores momentos de su vida y, lejos de ser una experiencia extenuante, el escritor la encontraba misteriosa y apasionante y ponía toda su atención a cada detalle del escenario que se desplegaba ante su mirada. 

Mientras volaba, Saint Exupery tomaba notas mentales de las poblaciones, las distancias y de los paisajes de la geografía para calcular las posibilidades de establecer rutas aéreas y postas comerciales. En esta tarea se pasaban sus las jornadas pero su espíritu, también guardaba celosamente cada detalle de estas experiencias en su corazón. El cielo y sus estrellas, y la inmensidad del desierto se fueron grabando en su retina y alimentaron su imaginación. Luego, ya en tierra firme ,en la habitación nro 605 de la Galería Güemes fue gestando su libro Vuelos Nocturnos. 

Vol de nuit (Vuelo nocturno),es una novela ambientada en la Argentina, en la que Saint Exupery dejó reflejado su sentir de piloto experto frente a la experiencia de vuelo sobre el desierto y la noche. Una aventura solitaria y peligrosa que solo podía ser realizada por un verdadero héroe ya que esta misión, en caso de cualquier falla o desperfecto, ponía a su protagonista de cara a un aterrizaje de emergencia y a una muerte inminente, si acaso no se contaba con la suerte de ser socorrido por algún alma solidaria en la vastedad del desierto patagónico. Pero, los peligros fueron superados por la profesionalidad y la pasión de Saint Exupery , y por esa sensación de libertad que no encontraba más que en la escritura y arriba de un avión. Su libro sería publicado tras su regreso a Europa, en 1931

 

Buenos Aires y el encuentro con su “rosa”

Durante su estancia en la ciudad, el autor gustaba de asistir al teatro -frecuentaba el Tabarís-. Allí, se cruzó por primera vez con su futura esposa,la salvadoreña Consuelo Suncín. Ella era viuda y había llegado a Buenos Aires a cobrar un dinero de su difunto esposo, un afamado periodista.

El autor se topó con Consuelo en la escalera, cuando ésta -que ya se estaba retirando- bajaba para dirigirse a su domicilio. Antoine logró en ese apresurado instante organizar una cita de último momento para la jornada siguiente. Era el comienzo de su historia de amor. 

El flechazo de Consuelo y Antoine dio frutos eternos ya que ambos permanecieron juntos hasta la muerte del escritor. Pero todo, como en una mágica novela salida de su puño y letra, había comenzado en ese momento apresurado y fortuito en el que el destino los cruzó por azar en esa escalera, y con gran destreza el autor, supo captar ‘al vuelo’ con la magia de su corazón sensible. El amor que despertó Consuelo en su vida, lo llevó a meditar sobre la experiencia del amor verdadero y del desamor que hasta entonces había vivido en carne propia y su sentir quedó reflejado en las hojas de El principito. Consuelo es la Rosa con la que conversa el personaje principal , ella es ”Su rosa”. Una rosa que encontró en Buenos Aires y que se llevó para compartir la vida a Francia. 

 

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