Marcelo Hidalgo Sola nos invita a recorrer el barrio de Flores para descubrir algunos de sus puntos turísticos más destacados : la Plaza principal con sus magníficas arboledas y la Basílica de San José , un lugar clave para la Iglesia Católica que guarda intacto el lugar en donde el Papa Francisco sintió su llamado a la vida religiosa.
El camino Real o de los Reinos de Arriba, es hoy la extensa y bulliciosa calle Rivadavia, y por ella emprendemos la marcha con rumbo a Plaza Flores donde conoceremos la histórica Basílica. En la época colonial, este camino era el paso obligado de las carretas que llevaban mercancías y personas hacia Chile y al Alto Perú, por ello, en sus orillas poco a poco, se fueron diseminando aquí y allá, las primeras casas y postas que permitian descansar, comer y conseguir los enseres necesarios para continuar el largo camino ,que luego se iba extendiendo hacia el interior de “la pampa” donde comenzaban las quintas y chacras.
San José de Flores es el barrio de nombre compuesto. El término Flores remite al apellido de Juan Diego, quien fuera el dueño de las tierras de la zona hacia fines del siglo XVII, y también al de su hijo que, junto a Antonio Millán, esbozó el trazado del pueblo. San José, en cambio, se eligió por quien resultara el patrono elegido para custodiar la primera capilla del lugar.
Hoy Plaza Flores es uno de los puntos neurálgicos del barrio . La plaza con sus centenarias y tupidas arboledas es un oasis en medio del bullicio, de la masa compacta del tráfico que se desplaza sin descanso en ambas direcciones por la Avenida Rivadavia. La Plaza a la que todos le dicen “ Plaza Flores” en realidad se llama Plaza General Martín de Pueyrredón y en su orígenes- explica el experto Marcelo Hidalgo Sola- fue un potrero, un estacionamiento de carretas y también , un sitio de fusilamientos políticos en el año 1932.
La Basílica de San José de Flores
Frente a la plaza se ubica la histórica Basílica San José de Flores. Hoy, es parte de un particular recorrido turístico en bus que tiene como protagonista al Papa Francisco. En este barrio se encuentra su casa natal, su escuela,la casa de una de sus hermanas que aún vive y por supuesto la Basílica de San José, que tuvo un lugar central en los tiempos de su juventud cuando despuntaba su vocación religiosa.
Cuentan los registros , que en 1879, un 4 de mayo, se procedió a colocar la piedra fundamental del actual templo, y dos meses más tarde , sus arquitectos Benito Panunzi y Emilio Lombardo, pusieron los primeros ladrillos de la futura basílica. Al cabo de tres años y 9 meses, el 18 de febrero de 1883, la Iglesia de San José de Flores era inaugurada en medio de la algarabía popular por el fin de las obras. El 20 de enero de 1912, la Iglesia fue elevada a Basílica menor por el papa Pio X y el 1ero de julio de 1916, se consagró al Sagrado Corazón de Jesús. El 28 de octubre de 1956, la imagen de San José que preside el altar mayor recibió la coronación pontificia, una especial distinción otorgada por el entonces papa Pio XII, datos que hacen muy especial al lugar para los fieles devotos.
La iglesia, además, es un lugar muy querido y especial para el Papa Francisco, no solo porque es la iglesia de su infancia y de su juventud a la que solía venir con su familia, sino también porque aquí, contó el actual Papa en una ocasión “Dios le habló al corazón”. Según su propio relato, aquí, mientras se confesaba con un sacerdote, sintió el llamado a su vocación religiosa. El joven Jorge Mario Bergoglio tenía 17 años, y ese confesionario “del llamado” a su vocación de pastor, se conserva en el mismo lugar que entonces, a pasos de la entrada, siendo el primero del ala izquierda . En él, se puede ver una placa que relata y recuerda este acontecimiento preciso que ocurrió el 21 de septiembre de 1953. De hecho, el Papa Francisco puso su pontificado bajo la protección de San José al iniciar la misión de dirigir la Iglesia Universal, el 19 de marzo de 2013, fecha en se celebra al santo, quien fuera padre de Jesús y esposo de la Virgen María.
Un barrio para descubrir
El barrio de Flores es en la actualidad, un barrio que crece y avanza. Sigue teniendo esa impronta de barrio tranquilo, acogedor y popular pero el ritmo urbano y la dinámica de la ciudad no han podido borrar su marca indeleble de barrio tradicional.En medio del trajín urbano,sus plazas, parques y monumentos son pasados por alto por la mayoría de los agitados transeúntes, pero no por ello, han perdido un ápice de su encanto. El barrio, la Basílica y la plaza son sitios para disfrutar a pesar del bullicio que procede del entorno y solo el ojo atento podrá ir descubriendo los tesoros y maravillas que regala este lugar con su historia tan presente por doquier. Sin dudas, un barrio para recorrer y disfrutar en calma y con un mate en mano, en homenaje al Papa Francisco.