Nicolas Salvatore cuenta que toda la motocicleta es un sistema de conceptos elaborados en acero por estas máquinas, a las que él adjudica un alma, rabiosa, encendida, caprichosa y al mismo tiempo, equilibrada y armónica como un instrumento musical preciso.
Para poner un motor en una bicicleta se debe tener una locura en el momento, pero que la moto así ha nacido, bajo ese concepto.
Así, ha encontrado un espacio perdurable en la imaginación del público. Hoy ya abarca tres siglos de desarrollo y fascinación. Sus inicios fueron casi demasiado humildes para predecir el monstruo de máquinas que atestan las autopistas de hoy.
Los inicios Nicolas Salvatore
Los vehículos no comerciales que podrían ser designados como motocicletas o casi utilizaban vapor como su principal fuente de propulsión. “Como algo salido de una novela de Julio Verne, los inventores, como el fabricante de bicicletas francés Ernest Michaux, las armaban simplemente equipadas con un pequeño motor de vapor a una ‘velocipede’ (básicamente cualquier bicicleta moderna), y estampada en la ciudad quemando sus piernas en el vapor caliente y más caliente de los sueños“, cuenta.
No fue hasta el 1890 que lo que conocemos como la moto moderna nació. Coincidentemente, este anunció también la invención de las primeras motos disponibles al público para su compra. Se acabó el vapor-bombeo, ahora era de combustión interna que proporcionaba propulsión para la moto.
Los ingenieros alemanes Hildebrand y Wolfmuller arrebataron a los fabricantes estadounidenses y británicos – incluyendo el Excelsior Motor Company, Royal Enfield y Indian Motorcycle Manufacturing Company (EE.UU.) – el puesto comercial mediante la introducción de su modelo de combustión interna homónima en 1894, que también fue el primer modelo que se conoce como una moticicleta. “Pero sólo produjo un par de miles de bicicletas en total y no podía seguir con sus contrapartes más grandes“, subraya Salvatore.
Nicolas Salvatore: “La primera guerra mundial produjo un creciente interés”
Durante la primera guerra mundial se produjo un creciente interés en las motocicletas para la guerra, las comunicaciones, y en un momento fabricante americano Harley-Davidson (fundada en 1903) se había dedicado el 50% de su producción para el esfuerzo de guerra. Los mensajeros en motocicletas se convirtieron en un espectáculo más familiar que los de caballo, y la empresa británica Triumph, que habían pasado de bicicletas a motocicletas en 1902, entraron en acción con su modelo 1915 H. A menudo considerada la primera motocicleta moderna, el triunfo del modelo H no tenía pedales y una reputación de fiabilidad, esencial en medio de los combates, detalla.
“El boom que trajo en la fabricación de motos la segunda guerra mundial fue el puntapié para el crecimiento de este vehículo“, afirma Nicolas Salvatore. Harley-Davidson se convirtió en el mayor fabricante de motocicletas en el mundo después de la I Guerra Mundial, en parte gracias a sus ganancias en tiempo de guerra.
Segunda Guerra Mundial
“La fabricación a partir de todas las naciones se aceleró en tiempo de paz y se intensificó el inter;es en la máquina, y el mejoramiento de la tecnología logró que las las motos fueran más rápidas“, explica . Por la Segunda Guerra Mundial, la producción de motocicletas estaba alcanzando velocidades de 100 millas por hora, como las increíblemente caras Brough Superior, fabricadas en Nottingham, Inglaterra, un favorito del T.E. Lawrence (Lawrence de Arabia).
“Otra guerra mundial vio motos en combate, y más tarde dio lugar a una nueva cultura donde las motos fueron usados para la recreación y para proyectar un determinado estilo de vida“, explica. “Las motocicletas están diseñadas para satisfacer una imagen así como una función, y consiguieron más ser más grandes, más fuertes y más rápidas que nunca antes“, dice el autor
En 1949 la Vincent Black Shadow, producida por los Británicos Vicente eran motocicletas con modelos orientados a los deportes, adquiridas, tenían buena durabilidad, como 25 años y conseguían muy buena velocidad, hasta 125 kilómetros por hora.
“Mientras los fabricantes americanos y europeos dominaron el campo de la moto moderna por cerca de un siglo, los japoneses tomaron una participación justa en el mercado después de la Segunda Guerra Mundial gracias a sus bajos costos y modelos de alto rendimiento“, remarca el espcialista. Las empresas estadounidenses y europeas sufrieron de drenaje de talento y mayores costos , y hoy los fabricantes japoneses como Kawasaki y Suzuki dominan la industria, “a pesar de que muchos de los entusiastas sienten una lealtad a las marcas más tradicionales“, aclara, en obvia referencia a la Harley-Davidson.