La ruta si bien mala, no era intransitable como la que nos llevó a Fortaleza. Llegamos a Natal, pegando el atardecer, y nos dirigimos a nuestro Hotel, sobre el mar. esa noche, repetimos la dieta, que era caipirinha, cerveza Skoll, y lo que hubiera para comer.

Conociendo Natal

Por la mañana desayunamos opíparamente, y salimos a conocer Natal y su Fortaleza sobre el mar, cuando había que protegerse de corsarios y otros atacantes. Sobre el mediodía, nos ponemos en ruta hacia Maceio, haciendo una parada en Recife, para almorzar.

Llegamos a Maceio, pegando la noche. Nos instalamos en el hotel, sobre la playa también, y al otro día, por la mañana, me pegué unos baños de mar, el agua re tibia, un placer.

Hay que recordar, que a las 6 o 6 y medía, ya andábamos desayunando, el día tiene otra dinámica. Nuevamente, y sobre el mediodía, ya partimos hacia Salvador de Bahía, una de las metas del viaje.

La carretera era bastante buena, sin posibilidad de distraerse por que traía sorpresas, y las banquinas eran inexistentes. Tomamos un transbordador para cruzar el Rio San Francisco, y continuamos viaje.

Llegada a Bahía

Llegando a Bahía, empezamos a llamar para conseguir hotel, pero se nos fue complicando porque había una asamblea Internacional de no sé qué cosa, y los hoteles 5 y 4 estrellas, estaban full.

En uno de ellos, nos recomiendan llamar al hotel Catussaba, unas 5 estrellas sobre la playa, pero retirado de la ciudad. Al no haber opción, llamamos ahí, y nos daban alojamiento sólo por 2 noches, y tomamos las habitaciones.

El problema era encontrar el hotel, no teníamos un buen plano de Bahía, y andábamos en las autopistas de arriba hacia abajo, y no conseguíamos nada, hasta que paramos en una estación de servicio, y contratamos un taxi para que fuera delante nuestro hasta el hotel, y así llegamos.

El hotel, espectacular, con pileta y salida al mar, para quedarse una temporada.

Acá en Bahía, Pablo nos anuncia que ya no le da el cuerpo para seguir batiéndose en esas rutas, y que nos abandona, con gran pesar, porque él quería llegar hasta Baires.

Recorriendo Bahía

Al día siguiente, vamos al centro de Bahía, la recorremos, una ciudad espectacular, muy bien conservada, sus calles y sus edificios e Iglesias, algunas de ellas, obras de arte. Vamos también a una agencia de viajes, donde Pablo consigue su conexión para el regreso a Caracas.

Ya a la noche, comemos en el hotel, y al terminar, nos despedimos de Pablo, ya que nosotros seguíamos hacia Brasilia, e íbamos a salir muy temprano.

El recorrido era vía Barreiras, unos 700 kilómetros, donde íbamos a pernoctar, para luego sí llegar a Brasilia, otros 500 kilómetros, recorriendo toda la nueva frontera agrícola de Brasil, el Cerrado.