Comienza una nueva temporada y todos los amantes de las motocicletas comienzan a pensar en planear su travesía. Recorrer el norte del país, el sur, según los deseos viajeros de cada uno. Pero lo cierto es que hay muchas cosas en las que pensar antes de comenzar con el viaje. Aquí van algunas consideraciones para que la experiencia sea un todo un éxito. Por supuesto, consultamos con nuestro amigo Ignacio Sáenz Valiente, quien nos cuenta punto por punto lo aquello que conviene pensar con anticipación.

“No hay nada mejor que la ruta abierta, el paisaje y nuestra máquina, fiel compañera de emociones, para cada uno de los que amamos las motos”, se sincera Ignacio. “La mejor sensación es elegir moto nueva para la travesía, pero si ya tenés una, también hay mucho en qué pensar”, aclara este abogado amante de las motos.

“En ocasiones, sobre todo para los inexpertos –aclara que él no se considera incluido en otra categoría-, puede ser intimidante al principio, pero con el enfoque correcto, la planificación puede ser sencilla y el viaje, simple, seguro y agradable”, anima a los lectores Sáenz Valiente.

“El proceso en sí comienza con adquirir alguna habilidad como piloto que no son las mismas que las que uno tiene para conducir en la cuidad”, advierte. “Se trata de que una gran cantidad de personas que están buscando empezar a viajar por zonas montañosas o rutas de pocas curvas y grandes longitudes como la ruta 40, ni siquiera están conscientes que deben asesorarse y pedir consejo sobre lo que un piloto con ese camino debe hacer”, se detiene. “Sin embargo, si tenemos esto en mente, avanzamos con el paso más importante para que el viaje sea un éxito. Se trata más bien una visión general, de saber que necesitamos de una guía detallada, hablar con alguien que ya lo haya hecho, de ser posible a un destino similar al que queramos ir y por qué no, tomar una clase”.

Continúa: “Hay un montón de gente que dirán que no hace falta, y que cualquiera puede andar en moto, Esas personas están equivocadas. Una moto es mucho más que una bicicleta pesada y los jóvenes pilotos que no tienen consciencia de esto ni se preparan, o asesoran, pueden resultar gravemente heridos o muertos por omitir este detalle. El objetivo es divertirse y no lastimarse. Por esto, este punto es más que importante”, enfatiza Ignacio Sáenz Valiente. “Manejar a velocidades bajas, tomar curvas pronunciadas en la ruta y otras habilidades no vienen naturalmente, por lo que contar con personas capacitadas que saben lo que están haciendo es inestimable”, remarca nuestro amigo.

Su segundo consejo es comprar relativamente barato –sin descuidar la seguridad, claro-. Sí, como se lee. Es mejor para iniciar no comprar la moto de sus sueños. “En los primeros seis meses de conducir una moto nueva, ocurre que aprendemos mejor lo que queremos de una máquina, por eso, al comprar la primera, no lo sabemos. Sencillamente podemos venderla a los seis meses y ajustar nuestra segunda compra según la experiencia que ya tuvimos con la primera”, nos aconseja.

La mayoría de los nuevos corredores quieren una moto que sea cool, pero éstas suelen ser caras y potentes, dos cosas que los principiantes no necesitan.

En este sentido, otro amigo de la casa, Gustavo Murillo, nos comenta: “Mi primera moto fue una 1983 Kawasaki KZ305 de varios caballos y sólo costó 650 dólares en su momento. He corregido varios problemas con casi nada, un martillo, y cuando finalmente murió no importaba por lo que costó”, relata Murillo.

Sin embargo, Gustavo acepta que no hay regla dura y rápida para determinar cuánto dinero se debe gastar en la primera moto, pero debe para él una cantidad insignificante. “Recomiendo pensar en 1000 dólares y no gastar más de 3000”, precisa.

Por último, recomienda asesorarse sobre los accesorios para pasarla lo mejor posible en cuanto al confort del viaje: “Collarín, guantes, casco e indumentaria pueden ser clave a la hora de viajar con comodidad y disfrutar del manejo”, concluye.