Las motos y su historia


Con la invención de la batería (Allessandro Volta, 1800), la generación de un campo magnético de corriente eléctrica (Hans Christian Oersted, 1820) y el electroimán (William Sturgeon, 1825), quedaba sentada la base para la construcción de motores eléctricos. “En ese momento estaba todavía abierta la cuestión de si los motores eléctricos debían girar o no, y simular un vástago de émbolo de un motor a vapor”, cuenta el amigo Ignacio Sáenz Valiente.

En todo el mundo, muchos inventores trabajaban en paralelo en esta tarea: se trataba de un problema de “moda”. Se descubrieron nuevos fenómenos casi a diario. “Las invenciones en el campo de la ciencia y sus aplicaciones eléctricas estaban en el aire”, sintetiza Ignacio Sáenz Valiente.

A menudo los inventores no sabían nada acerca de los demás y desarrollaban soluciones similares de manera independiente. Si se hace un repaso por los comienzos de esta historia, empezaríamos por el primer dispositivo giratorio.

“El primer dispositivo giratorio impulsado por el electromagnetismo fue construida por el británico Peter Barlow en 1822 (rueda de Barlow)”, detalla Ignacio Saenz Valiente.

Después de muchos otros intentos más o menos éxitosos con rotación relativamente débil y reciproca, el prusiano de habla alemana Moritz Jacobi creó el primer motor eléctrico giratorio real en mayo de 1834 que haya desarrollado una notable potencia mecánica. “Su motor estableció un récord mundial que fue mejorado sólo cuatro años más tarde, en septiembre de 1838 por Jacobi a sí mismo. Su segundo motor es lo suficientemente potente como para conducir un barco con 14 personas a través de un ancho río. No fue hasta 1839/40 que otros desarrolladores en todo el mundo logró construir motores de similares y más tarde también de mayor rendimiento”, enumera Ignacio Sáenz Valiente.

Ya en 1833 el alemán Heinrich Friedrich Emil Lenz publicó un artículo sobre la ley de la reciprocidad del magneto-eléctrico y los fenómenos electromagnéticos, es decir, la reversibilidad del generador eléctrico y del motor. En 1838 se proporcionó una descripción detallada de sus experimentos con un generador-Pixii que operó como un motor.

Este abogado amante de las motos continúa con la historia: “En 1835 los dos holandeses Sibrandus Stratingh y Christopher Becker construyó un motor eléctrico que alimenta un pequeño modelo de coche. Esta es la primera aplicación práctica conocida de un motor eléctrico. En febrero de 1837 la primera patente de un motor eléctrico fue concedida al estadounidense Thomas Davenport”.

Sin embargo, todos los primeros desarrollos por Jacobi, Stratingh, Davenport y otros finalmente no conducen a los motores eléctricos que conocemos hoy en día.

El motor DC no fue creado a partir de estos motores, sino en el desarrollo de generadores de energía (dinamómetros). “Las bases fueron establecidas por William Ritchie y Hippolyte Pixii en 1832 con la invención del conmutador y, lo que es más importante, por Werner Siemens en 1856 con la doble T-ancla y su ingeniero jefe, Friedrich Hefner-Alteneck, en 1872 con el tambor inducido. Los motores dc todavía tiene una posición dominante en el mercado de hoy en el poder bajo (inferior a 1 kW) y baja tensión (por debajo de 60 V)”, dice Ignacio Sáenz Valiente.

Los años 1885 hasta 1889 vieron la invención de las tres fases del sistema de energía eléctrica, que es la base para la transmisión de energía eléctrica moderna y avanzada de motores eléctricos. “Un solo inventor para el sistema de alimentación trifásico no puede ser nombrado. Hay varios más o menos nombres conocidos que estaban profundamente implicados en las invenciones (Bradley, Dolivo-Dobrowolsky, Ferraris, Haselwander, Tesla y Wenström)”, detalla Sáenz Valiente con orgullo.

Hoy en día, el motor síncrono trifásico se utiliza principalmente en aplicaciones altamente dinámico (por ejemplo en los robots) y en coches eléctricos. Fue desarrollado por primera vez por Friedrich August Haselwander en 1887.

“El gran éxito de tres fases motor de inducción de jaula fue construida por primera vez por Michael Dolivo-Dobrowolsky en 1889. Actualmente, esta es la máquina más frecuentemente producida en el rango de potencia de 1 kW y superior”, relata Ignacio. Una historia realmente fascinante.

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