Ignacio Sáenz Valiente nos introduce en la experiencia de ser un auténtico “Harlista” y compartir con tantos otros fans en el mundo entero la verdadera pasión de vivir en clave HD.
Nada mejor que subirse a una Harley para vivir la experiencia que la marca propone. Pero hay muchas otras alternativas para meterse de lleno en su universo de pistones, carburadores, engranajes y kilómetros de ruta y aventuras.
Hoy, todos los fans pueden conocer dónde comienza la leyenda, el arte de fabricar las mejores motos del planeta. Para ello, Harley-Davidson organiza tours guiados y estadías con diversas propuestas de descanso y aventura en dos ruedas, en las localidades en donde están instaladas sus plantas principales. Hoy, están abiertas al público para visitas guiadas, sus instalaciones en dos de sus plantas: York (Pensilvania) y Menomonee Falls (Wisconsin). La fábrica de York está activa desde 1973 y allí se arman los modelos CVO, Trike, Touring, Softail y Sportster, además de las motos eléctricas. En Menomonee Falls, en tanto, se producen los motores y las transmisiones de las motocicletas.
Para visitar el museo propio que tiene la empresa ya nos tenemos que dirigir hasta la ciudad de Milwaukee. Allí, en sus salones se puede hacer un recorrido visual de la evolución histórica de los modelos, contemplar piezas de colección e incluso subirse a las motos. Las instalaciones cuentan con un bonito restaurante y un bar donde se ofrecen espectáculos musicales y una tienda de recuerdos donde es posible conseguir todo lo que un fan quiera llevarse de recuerdo de esta experiencia Harley: desde camperas hasta gorras, pasando por guantes, billeteras, tazas, pósters, libros y motos en miniatura.
Lo reconfortante para todo fan que no pueda viajar es que, hoy día, este merchandising está accesible en la página web de la compañía y todos pueden adquirir los productos-explica Ignacio Sáenz Valiente. También en casi todos los concesionarios oficiales están disponibles los souvenirs y sino, se encargan a la casa central y es posible, espera mediante , finalmente acceder al preciado producto.
Ser “harlista” es pertenecer a una la manada fierrera de lujo
Quien tenga una Harley, sabe que es mucho más que tener una moto. Entrar en el mundo HD es mimetizarse con un estilo de vida, compartir una visión del mundo y sobre todo, la experiencia de transitar la vida sobre la moto. Una sensación que sólo se siente al andar y que se va profundizando a medida que aumentan los kilómetros transitados. En este particular entramado se unen el amor por los viajes con valores como el respeto y la solidaridad, que cruzan de modo transversal la experiencia del andar en ruta con una Harley.
La pasión que suscitan las motos HD convoca a los harlistas que se congregan en clubes y asociaciones que impulsan múltiples actividades. El Harley Owners Group (HOG) es el grupo patrocinado oficialmente por la empresa, con más de un millón de miembros. La tarjeta de membresía, las insignias y los prendedores son el orgullo de cada integrante, cuyos kilómetros recorridos en la moto son reconocidos con distintos regalos. Quienes forman parte del HOG, además, cuentan con entrada gratuita al museo.
En nuestro país, el HOG de Harley-Davidson Buenos Aires es muy activo. Cada año son muy concurridos los paseos y almuerzos en localidades y ciudades del interior de la provincia de Buenos Aires como Azcuénaga, Ramallo, Mercedes, San Pedro y Chascomús. En Argentina, se cumple el lema Harley a rajatabla:. “Una Harley no es posesión, sino acción”.
Haciendo memoria agradecida
Un precario taller de madera puede cobijar el origen de un gran sueño de libertad. En 1903, cuatro jóvenes reunidos en un rústico espacio de Milwaukee gestaron una marca icónica que, con sus motocicletas, produjo una revolución cultural que se convirtió en sinónimo de aventura y libertad. Ayer y hoy, Harley-Davidson es sinónimo de pasión en dos ruedas. Quien ame viajar en ruta , sabe que no hay nada que se compare con subirse a una Harley , y acelerar para sentir el viento en la cara. El sonido del motor es una sinfonía perfecta para el oído entrenado y que todo harlista de ley sabe apreciar.
Parece ser ley que todo lo grande, comienza en lo pequeño y en este proyecto dónde la leyenda de la motos, se puso en marcha ocurrió de tal manera. Bill Harley y los hermanos Arthur, William y Walter Davidson hicieron de un humilde taller ubicado en el patio de la casa de Milwaukee, en el estado de Wisconsin, un espacio propicio para dar rienda suelta a su creatividad. Así, en 1903, diseñan y ensamblan su primera motocicleta.
En aquellos comienzos humildes, Harley y los hermanos Davidson sólo querían hacer motos. Lo de revolucionar el mundo del transporte vino después. Seguramente tampoco estaba en sus planes por esos días, dejar una huella indeleble en tantas almas de múltiples generaciones alrededor del mundo entero, sin embargo, hasta allí llegaron con las ansias de libertad que le infundieron a sus creaciones. Pero, fue la calidad de su trabajo y su visión comercial lo que les permitió sentar las bases para crear una empresa sólida y trascender en el tiempo.
Vislumbrando horizontes infinitos
Tan solo en un año, los cuatro audaces amigos, lograron hacer una docena de motocicletas. La creciente y constante demanda les posibilitó luego, pasado un tiempo, abrir su propia fábrica. Cuando en 1914 se desató la Primera Guerra Mundial, la empresa hizo su gran despliegue comercial ya que fue nombrada proveedora oficial de las Fuerzas Armadas, logrando abastecer de miles de unidades a la nación . Ya en los ’60, la compañía se había posicionado como el principal fabricante mundial de motos, con comercialización en más de medio centenar de naciones. Hubo momentos mejores y peores en el devenir histórico, cambios de dueños y movimientos empresariales, pero la marca siempre se mantuvo firme en el corazón de los moteros.
Cerca de 10.000 empleados en todo el mundo y más de 1.400 concesionarios forman la red actual de Harley-Davidson. Además, claro, de millones de motociclistas que disfrutan la adrenalina a pura velocidad.