141 MHS C1/ Una moto visita los balcones porteños que dan que hablar al mundo


Marcelo Hidalgo Sola invita hoy a asomarse a la ciudad desde los balcones más destacados, por su arte , por su belleza y por su particular diseño arquitectónico.

La Ciudad de Buenos Aires tiene más de un balcón célebre. Entre los más famosos, están el de la Casa Rosada, popular por la histórica postal de Juan Domingo Perón y Evita que dio la vuelta al mundo ; el del poema de Baldomero Fernández Moreno, que inspiró los versos más reflexivos acerca de los balcones desnudos de flores, color y vida de Buenos Aire ; y hay un par más  en los que vale la pena detenerse para observar.

En este sentido ,la ciudad despliega obras muy hermosas que fueron realizadas en las dos primeras décadas del siglo XX. En esos años de esplendor y despunte de la Argentina como gran potencia económica, los arquitectos “modernistas” inauguraron en la ciudad un festín visual, esparciendo por diferentes rincones verdaderas joyas arquitectónicas combinando distintas influencias del campo  artístico.

Uno de los ejemplos, es la Casa de los Lirios (1905) ubicada en avenida Rivadavia 2031. En su fachada se ven flores y ramas de cemento que se extienden sobre toda la superficie del edificio. Pero, es en el diseño de los balcones en donde se puede apreciar la impronta de la cual ha tomado su inspiración : la obra del catalán Antonio Gaudí, el creador de la célebre Iglesia de la Sagrada Familia en Barcelona. 

La naturaleza, la gran inspiración 

Gaudí, sentía gran pasión por la naturaleza y en su obras,  buscó emular las formas presentes en la creación y las características que el agua, el mar, el viento y las olas imprimían en los elementos de su entorno. Por ello, en estos balcones  vemos los diseños de la herrería en ondulaciones que simulan olas circundadas por flores y ramas- explica Marcelo Hidalgo Sola-  las cuales parecen reptar y adherirse a la superficie de las paredes como lo hace la hiedra natural. 

Las curvas de estilo clásico de la herrería de corte Art Nouveau, adquieren aquí una armoniosa prolongación en  la mampostería de los bow-window que forman el eje del foco visual central en cada uno de los pisos. Por ejemplo, si prestamos atención a los detalles que tienen las ménsulas del soporte del balaustre en lo más alto del edificio veremos los dégradés de tipo escalonado en donde se lucen las formas con movimiento y cadencia natural , típica del  movimiento Art Decó. 

También en la cornisa, la impronta clásica se ve en la figura de Eolos, el dios romano del viento, que luce como un anciano de cabellos largos y etéreos , realizado en yeso y ubicado sobre el remate central del punto más alto de la Casa de los Libros. La puerta de entrada a la Casa, está labrada en hierro repujado, al igual que cada una de las rejas de los balcones, y su diseño, presenta un patrón con gran similitud al de los cabellos de Eolos que decoran y coronan la cornisa.

Por otro lado, los balcones y las ventanas lucen una ornamentación de tallos,flores y troncos, desplegando una destreza en el manejo de la técnica y los materiales sin igual; una obra que es un exponente máximo de una época en donde el arte arquitectónico logró expresar de forma sublima las formas vivas y fluidas.

Tan solo un edificio de departamentos , pero muy Art Decó 

Este bello edificio, en la actualidad , está considerado como edificio Representativo por el Departamento de Patrimonio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Por ello , cuenta con la debida protección para su adecuada preservación . 

Pero, la Casa de los Lirios sigue siendo un edificio tradicional de viviendas,con un nutrido tránsito diario en una estructura que posee una planta baja y tres pisos de altura. En la primera , se encuentra el acceso central a las viviendas  y a dos locales comerciales, apostados uno a cada lado. La entrada principal conduce a un gran vestíbulo que lleva a la escalera y al ascensor; en este espacio, los locales comerciales ocupan casi toda la superficie de esa planta. Los pisos superiores tienen un diseño simétrico en sintonía con la fachada y albergan dos departamentos por piso.

Además , los aficionados a los balcones porteños , pueden disfrutar de otros diseños muy distinguidos en la ciudad. Los hay sobrios de estilo parisino y los neorrenacentistas, de rasgos más armónicos y estilizados. También, se pueden encontrar algunos de rasgos más austeros y otros, quizás un poco toscos. Ejemplos de estos pueden ser los balcones de la Avenida de Mayo al 1199 que lucen figuras de cariátides con unas colosales cabezas. 

Los balcones de la ciudad invitan a mirar más allá y a conectar con los mundos que evocan. En este sentido, se los puede comparar con los libros y los puentes: vehículos que permiten a la imaginación volar y desplegarse por la sola contemplación de las formas y la belleza.

 

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