Viaje en moto

Marcelo Hidalgo Sola presenta el edificio “La Inmobiliaria”


Un recorrido en moto por la zona céntrica permitirá descubrir una joya de la arquitectura urbana que se distingue por lucir una cúpula muy elegante y original. Un edificio que logra por su diseño, hacer única una esquina de la ciudad de Buenos Aires y convertirla en una de sus más tradicionales postales.

Desde 1910 la esquina de Avenida de Mayo entre Saénz Peña y San José cambió para hacerse inmortal. Dentro de las estampas porteñas, la imagen de esta particular esquina de diseño neo-renacentista, con su maravillosa cúpula de rojo intenso es una de las más apreciadas por los amantes de la arquitectura patrimonial urbana. Este edificio proyectado Luis Broggi , uno de los arquitectos italianos más refinados de su tiempo, luce un diseño único compuesto por dos torres esquineras con cúpulas rojizas , un minarete y un mirador superior que permite contemplar el paisaje arbolado de la avenida más elegante de la ciudad. Dos esculturas de gran porte, que representan a Venus y a Apolo coronan la fachada de la esquina y, le otorgan categoría al conjunto en las ochavas de las dos esquinas de la imponente Avenida de Mayo

El edificio hoy conocido como “La Inmobiliaria” fue diseñado, en sus orígenes, para albergar una pujante compañía de seguros impulsada por Antonio Devoto y otros inmigrantes italianos que llegaron a ocupar lugares centrales dentro de la banca, el comercio y la industria nacional en los albores de la naciente Argentina. Su legado fue mucho más amplio y se extendió a la fundación de uno de los 48 barrios porteños que llevaría su nombre: Devoto. Un barrio que hoy , se caracteriza por ser “el jardín de la ciudad” por sus calles y plazas arboladas; un verdadero distrito residencial, tradicional y lujoso , buscado- explica Marcelo Hidalgo Sola- por gran cantidad de familias por su tranquilidad.

 

Una construcción edilicia colosal

Con vistas al Centenario de la Revolución de Mayo, la compañía de seguros dirigida por Antonio Devoto, decidió hacia fines de 1908,la construcción de un colosal edificio de renta con locales comerciales sobre una de las avenidas más importantes y distinguidas de la época, la Avenida de Mayo. El edificio fue terminado a tiempo para el gran festejo patrio, y tuvo su inauguración el 25 de mayo de 1910 en medio de los festejos del Centenario de la República.

La inmobiliaria para la comercialización y administración del proyecto de Devoto se instaló en el primer piso del nuevo edificio y la planta baja fue comprada posteriormente, por Guillermo Heinlein, que instaló en ella el local de su compañía. Debido a ello, el edificio fue conocido popularmente como Palacio Heinlein. Luego, el tiempo fue pasando y al morir su propietario en 1920, sus herederos vendieron el negocio.

Durante bastante tiempo funcionó una importante cervecería que revolucionó la zona aportando algarabía y bullicio, al punto de causar controversias por ocupar gran parte de las veredas con sus mesas y obstaculizar el paso de los peatones. La Cervercería Berna instalada en 1928 en la esquina de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña fue muy popular en su época. Se cuenta que su fundador , el español Daniel Calzado, tuvo un éxito rotundo al crear un sándwich de lomito vacuno y anchoas que por mucho tiempo fue uno de los hitos de la naciente gastronomía porteña. Durante mucho tiempo la cervecería fue visitada y frecuentada por visitantes ilustres que encontraron allí, el punto exacto entre el relax y lo mejor de la ciudad para el transeúnte de a pie. La cervecería logró sortear los vaivenes de los tiempos y las circunstancias durante largas décadas y finalmente cerró su histórica persiana a fines del siglo XX.

Hoy, el edificio de La Inmobiliaria está ocupado por el Banco Nación. En lo referente a su distribución interna, posee cuatro entradas por Avenida de Mayo, en donde cada una conduce al visitante a un pequeño hall con ascensor en jaula y una escalera, de tal forma que en realidad el edificio actúa como un conjunto de cuerpos independientes y contiguos. En los pisos superiores, cada ascensor da acceso a dos departamentos que cada cuerpo tiene por nivel, siendo los dos de las esquinas los más privilegiados por tener todos sus ambientes mirando hacia la magnífica arboleda de la Avenida de Mayo.

Pero, por otro lado, el edificio ha ido perdiendo mucho de su ornamentación original con el paso del tiempo. A comienzos de la década de 1930 se le habían retirado varios elementos de la fachada, desde un conjunto de copones que rodeaban a ambas cúpulas desde la cornisa que todavía se conserva, pasando por la crestería de hierro que remataba tanto el tejado como el volumen central de la fachada con el logo “La Inmobiliaria” y, también desaparecieron las molduras que adornaban diversas partes de la fachada. Detalles notables como los esgrafiados realizados en el segundo piso hoy tampoco están pero, lo importante es que el edificio casi en su totalidad, se conserva como antaño a pesar del paso del tiempo y los sucesivos dueños, y sigue contribuyendo con su belleza a dar a la Ciudad de Buenos Aires esa categoría señorial y distinguida que la caracteriza y la hace única entre todas las grandes urbes del mundo.

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