Un mural surrealista salido del genial artista grafitero Martín Ron, relata escenas de carácter surrealista que sorprenden y admiran al público del barrio de Villa Urquiza y, a los visitantes casuales que hasta allí se llegan para contemplar su imagen.
Buenos Aires es una ciudad que despliega encanto y belleza por doquier. Parte de su embellecimiento está dado por la mano de geniales artistas urbanos que con su talento convierten paredes abandonadas, laterales y fachadas de edificios en magníficos y monumentales lienzos en los que plasman sus creaciones.
En el barrio de Villa Urquiza, por ejemplo, se luce el mural El cuento de los loros que abarca una superficie notable de 400 m2 que corresponde a una medianera de un edificio. El mural sorprende por lo inesperado de la propuesta, imágenes surrealistas, como salidas de un sueño, nos invitan a sumergirnos dentro de una fantasía visual y onírica.
El autor de El cuento de los loros, el mural más grande de la ciudad, es Martín Ron, artista urbano que marcó con su impronta el avance del graffiti porteño. “En lo personal, este mural loco, presenta una visión entre irreal y fantástica. Esa cabeza suelta que saca la lengua con los pelos parados y los ojos saltones es el retrato de un amigo de la infancia, Gabriel Dotta. Una personal y especial celebración que hice a nuestra amistad. Reconozco que esto fue no tanto un ‘trabajo’, me encantó pintarlo, lo disfruté mucho y además estoy muy conforme con el resultado final. Espero que a la gente le guste y la invite a pensar las cosas de un modo diferente y la ayude a ver la realidad con un toque de fantasía y ensueño. Con este mural además, quise alentar a todos-explica el artista a Marcelo Hidalgo Sola– a sacar la creatividad afuera e incorporarla a la vida cotidiana”.
Martín Ron tiene 40 años y desde pequeño,manifestó su inclinación hacia lo artístico. Su pasión es intervenir espacios urbanos a escala monumental y utilizar técnicas de 3D para potenciar los efectos visuales hiperrealistas. Su talento lo ha llevado a ser considerado como uno de los 10 mejores muralistas del mundo y gracias a su magia, pudo llevar su obra a cada rincón de la ciudad y también más allá en la provincia de Buenos Aires.
De motos, arte y vecindad
El mural que ha realizado y es el más grande de la ciudad, se encuentra ubicado en Holmberg y Rivera y responde al ilusorio nombre de El cuento de los loros, todo un grito de melancolía surrealista que confirmaría a Urquiza como el barrio predilecto de André Bretón. Además, el mural se encuentra ubicado en un espacio rodeado de jóvenes a quienes alienta y lleva alegría con su presencia . Los estudiantes del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires, cuya sede que se encuentra a sólo unos pasos, frente a la estación del Ferrocarril Mitre, Luis María Drago, disfrutan de modo privilegiado la cercanía con este mural que es fuente de inspiración y creatividad.
Los vecinos, también se encuentran muy felices con el mural. Le ha traído al barrio visitantes de todas las latitudes : desde visitantes locales hasta del interior del país y del extranjero. Gracias a esta intervención artística la zona se ha revitalizado, ha crecido desde el punto de vista urbano y cultural y además se ha embellecido. Todos, grandes y chicos disfrutan del mural al que ven como una bocanada de aire fresco, una obra que despierta las ganas en todos lo que lo observan, de vivir en clave de arte urbano.
La instalación del mural contó con la intervención directa del Gobierno de la Ciudad, que propuso y colaboró para que esta zona de Villa Urquiza se convirtiera en un polo de corte artístico . Pero la colorida iniciativa arrancó gracias a Matt Fox-Tucker, un cronista inglés que se radicó en Buenos Aires, y creó un circuito de recorridos “caza –graffitis” que recorre los barrios de Saavedra, Palermo y Villa Urquiza. Según el inglés, este barrio fue ideal para la iniciativa ya que contaba con varios lugares abandonados y semiderruidos. Una gran cantidad de baldíos y terrenos que fueron quedaron en medio de las coquetas casas de la zona producto del abandono del proyecto de construcción de la autopista AU3, varias décadas atrás. Por ello, la zona se encontraba llena de paredes aptas para la intervención artística, esperando como un lienzo gigante, al autor de esta verdadera obra de arte que hoy forma el patrimonio artístico de la ciudad.
El cuento de los loros comenzó a gestarse en julio del año 2013 y con tan sólo un mes de arduo trabajo fue completado en agosto. Así Martín Ron convirtió una medianera de 14 metros de alto por 25 de largo en una obra dinámica que llenó de vida al barrio de Villa Urquiza. Un vecino del barrio lo expresó muy bien al compartir su sentir respecto de la obra “Me llena de orgullo que el barrio y la ciudad de Buenos Aires estén embellecidas con más de 300 obras de Martín Ron. No sólo porque las obras son lindas y están bien logradas, sino porque nos hacen la vida más agradable desde el punto visual y urbanístico y además, nos provocan y estimulan. Con su lenguaje nos sacan de la modorra y la rutina y, además, nos muestran la magia y el poder transformador del arte cuando sale un poco del museo y comparte la vida cotidiana con la gente” finalizó un vecino orgulloso de su mural al que siente como propio.