Marcelo Hidalgo Sola

Una moto y una flor escultural


Marcelo Hidalgo Sola nos invita a recorrer en moto la Plaza de las Naciones ubicada en el corazón de la Recoleta, un espacio verde en el que se halla emplazada la Floralis Genérica, una escultura de 18 toneladas que celebra la belleza de las flores.

La ciudad de Buenos Aires celebra la belleza de las flores luciendo parques y espacios verdes en donde se pueden ver los prodigios de la naturaleza en todo su esplendor. También, a través del arte y sus diferentes manifestaciones, Buenos Aires rinde homenaje a las flores y a la naturaleza y se convierte así,en un museo a cielo abierto que convoca a locales y turistas por igual.

Un ejemplo de ello lo encontramos al circular en moto por el barrio de Recoleta cuando, al llegar a la altura de la Plaza de la Naciones, muy cerca a Plaza Francia que es su centro de referencia, nos encontraremos con una de las flores artificiales más bellas que tiene la ciudad. Su nombre es ‘Floralis Genérica’ y posa su metálica armazón a la altura de Avenida Figueroa Alcorta al 2300. Su porte se hace visible a lo lejos y va desplegando su encanto poco a poco. Los destellos lumínicos del sol reflejado en las caras de acero de los pétalos la vuelven más imponente y dejan apreciar cómo el espacio de la plaza como una gran alfombra verde, hace de marco natural y resalta el diseño de la mega flor.

El diseño de la escultura logra recrear de modo perfecto el cuerpo metálico de una verdadera flor. Con logrado esmero, los pétalos de acero siguen el recorrido del sol a lo largo del día y su corola, bebe de esa luz primordial, con lo cual va adoptando diferentes poses que entusiasman a todos lo que se acercan a contemplarla-explica Marcelo Hidalgo Sola.

La Plaza de Las Naciones , donde está ubicada la escultura y que le da un marco perfecto para lucirse , es un amplio espacio verde de 4 hectáreas que se presenta como un jardín natural propicio para resaltar la belleza de la escultural flor de metal. Su altura es imponente y su figura se alza esplendorosa con sus 20 metros de alto hacia el cielo, dejando bien visible la estructura de los seis pétalos metálicos que le dan forma. Estos pétalos fueron diseñados a partir de material donado por una empresa de aviones que, pacientemente, fue moldeando el escultor y arquitecto argentino Eduardo Catalano (1917-2010) . Su autor además, pensó la escultura para estar emplazada en medio de un lago artificial que, como un gran espejo de agua, le da una ambientación escenográfica. Su estructura , de acero, metal y aluminio está posada en medio de esta masa líquida que la protege circundándola delicadamente. Una barrera natural estratégicamente pensada para ofrecer un doble reparo, ya que el agua protege al metal que forman los pétalos y también protege a la estructura de los vandalismos. Esto es muy importante porque , lamentablemente, en la ciudad de Buenos Aires , las esculturas a cielo abierto son dañadas con frecuencia y es muy difícil procurarles un espacio seguro que las proteja del modo adecuado. Y, la Floralis, con su mega estructura y delicado mecanismo operativo es una obra que debía estar resguardada estratégicamente.

Con un valor estimado entre 4 y 6,5 millones de dólares, la obra fue una iniciativa personal de su autor quien, además de gestionar los permisos municipales para su actual emplazamiento, costeó económicamente todo el proceso hasta su inauguración oficial el 13 de abril de 2002. Este año la Floralis cumplió sus primeros 20 años de vida y la ciudad pudo celebrar con orgullo esta admirada obra de ingeniería que ya es un emblema. Y, también, aprovechar la ocasión para realizar un cálido homenaje a su autor que falleció en el año 2010. Admirada en todo el mundo por su magnitud y complejidad estructural, la Floralis fue pensada por Catalano como un homenaje a todas las flores del mundo. En su particular universo de artista, su autor ha celebrado de modo particular el mágico mundo de las flores tratando de reproducir en diversos materiales nobles su belleza, frescura y diseños . De ahí su nombre (Floralis: flora y Generis: genérica) como núcleo vital y eje del dinamismo de los nuevos tiempos, en dónde se privilegia y resalta las formas más alegres de la naturaleza . En su mecanismo artificial la mole metálica hace que los pétalos se orienten hacia el sol, siguiendo su recorrido a lo largo del día y al atardecer, cuando cae el sol, el mecanismo se apaga y la flor se cierra y en su interior reverbera en un sutil color cárdeno. Un paseo imperdible para todos aquellos que disfruten delf aire libre y de la belleza de las flores cualquiera fuera su tamaño, diseño y composición material.