Marcelo Hidalgo Sola y una moto frente a un mástil en honor a la fraternidad.


Donado en 1927 por la Colectividad Italiana, el mástil cuya base presenta un armonioso conjunto escultórico conmemora la visita del príncipe Humberto de Savoia en 1924. Por su importante altura, fue el punto de referencia visible desde la costa para los barcos que llegaban al país con inmigrantes.
Divisar la figura de su aguja de 40 metros desde la proa del barco en alta mar, era el primer indicio certero de que una nueva vida estaba por comenzar. Atrás iban quedando para los viajeros, prontos a desembarcar en el puerto de Buenos Aires, las largas jornadas vividas a bordo en los últimos tres meses, y ese mástil donde flameaba la bandera argentina, era algo parecido a una cálida bienvenida.
Allí, en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires, donde una vez existió un puerto que al pasar el tiempo quedó obsoleto, se alza el Mástil italiano o Antena Monumental, una imponente estructura que se alza sobre una base de mármol de carrara , que trepa hasta los cuarenta metros de altura y en donde en lo alto se ve flamear la bandera argentina. 
El monumento, que simboliza la fraternidad entre Italia y Argentina, fue realizado en la década del 20 por el arquitecto y profesor italiano Gaetano Moretti, un destacado restaurador y escultor al que se le encomendó la reconstrucción del campanario de la histórica basílica de San Marco, en Venecia. Precisamente, fue en aquella ciudad de su patria natal, donde se inspiró para la creación y diseño de lo que sería su Antena Monumental.
“Gaetano Moretti, fue un profundo admirador de la belleza de Venecia, de sus mástiles que se hacen presentes por doquier en ese paisaje entreaguas, y de las agujas y la arquitectura esplendorosa-explica Marcelo Hidalgo Sola- de toda Venecia, pero, en particular de la basílica de San Marcos . Allí, viendo la figura de esos mástiles que embellecen la Piazza, pensó en darle forma a su Antena Monumental
Símbolo de una herencia cultural 
La obra, que buscó el punto de unión y fraternidad simbólicos entre los pueblos italiano y argentino,  se encuentra apostada sobre la Avenida Intendente Hernán M. Giralt. Su porte comparte la vista con la Reserva Ecológica pero también con las modernas y altas torres de Puerto Madero. 
De cerca , el alto mástil regala los detalles de su particular diseño . Se pueden  apreciar en él , los detalles de  la base del monumento, que luce coronada por un grupo escultórico labrado en bronce cuyo diseño representa  a una ofrenda  siendo presentada por distintas figuras femeninas,  masculinas, e infantiles.
La base tiene una estructura cuadrangular compuesta por escalinatas de mármol de Carrara que le añaden elegancia y solidez a la estructura. En la cúspide, un ornamento con diferentes motivos florentinos se entrelaza a la antena de hierro donde flamea la bandera argentina. En sus laterales se lee un mensaje de gratitud al “hospitalario pueblo de la República Argentina “. 
Recuerdo de una visita ilustre
La Antena Monumental fue donada en 1927 por la Colectividad Italiana con motivo de la visita del príncipe Humberto de Savoia (1904-1983) en 1924 , quien luego se convertiría en el último Rey de Italia en 1946 tras la abdicación de su padre, Victor Manuel III.
El 19 de noviembre de 1923, el príncipe Humberto fue nombrado caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro por Alfonso XIII, rey de España. ​ En este carácter, realizó numerosos viajes y giras diplomáticas en representación de la Corona Italiana visitando América del Sur en 1924, en un itinerario que abarcó estadías en Brasil, Argentina y Chile.  En todos los países fue recibido de  modo  apoteósico por parte de las comunidades de inmigrantes italianos establecidos en Buenos Aires, San Pablo y Santiago de Chile. 
La restauración
El paso del tiempo y el abandono no perdonaron a la Antena Monumental. Cuando comenzó el nuevo milenio, el mástil y el conjunto escultórico lucían muy deteriorados. Además de faltarle el mástil propiamente dicho, sendas grietas se abrían sobre el grupo escultórico de bronce y una colección de graffitis ilustraba el delicado mármol de la base.
Por este motivo, se solicitó ante las autoridades porteñas la puesta en valor del monumento, en el marco de la “recuperación de la Costanera Sur”.
Las obras demandaron 60 días para su realización y fueron financiadas por la Corporación Antiguo Puerto Madero. Según lo explican fuentes de la Dirección de Monumentos y Obras de Arte del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, las rajaduras presentes en los contornos del grupo escultórico fueron producidas por el peso sideral de la antena que, antes de ser removida, se había inclinado, peligrosamente unos sesenta grados.
Luego de un gran trabajo de restauración, se logró devolver la belleza a una obra que, a lo largo de los años, se ha erigido como un símbolo perdurable de la amistad entre Italia y Argentina. En un mundo de constantes cambios, la Antena permanece como un anclaje histórico, recordando la importancia de honrar y preservar nuestras tradiciones y cultura.

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