recorrer en moto Latinoamérica

Ignacio Sáenz Valiente y la pasión de viajar en moto: Aventura Latinoamérica


Para Ignacio Sáenz Valiente el deseo, ligado a la  aventura de viajar en moto, nació a muy temprana edad. Desde su más tierna infancia atesora recuerdos de motos y de esa preclara sensación de libertad y picardía  de sentirse un chico “grande”, que le producía subirse a una moto con los hombres de su familia e ir a pasear por las calles del barrio.

Sin embargo, en sus primeros años su deseo se limitó a soñar con motos: aguardar los fines de semana para dar un paseo con sus primos mayores: tal vez una recorrida de aventura si se trataba de un fin de semana en el campo, en donde el paseo en moto era posar la vista en el paisaje, andar despacio disfrutando del aire , del olor a hierba, de la moto como un animal escondido al asecho entre la naturaleza…

 

Cumplir el sueño de la motocicleta propia

 

En primer lugar, Ignacio Sáez Valiente tenía claro que para tener una motocicleta debía esperar a crecer, a ser mayor, a cumplir la mayoría de edad, a que le creciera la barba y la voz se le pusiera gruesa: en fin, una eternidad de eternidades para un niño de apenas ocho años. El veía con dolor de quien añora lo lejano, como sus primos mayores se convertían en “hombres de mundo”, fumaban sus primeros cigarrillos y daban sus primeros paseos con novias y así  se convertían en sus verdaderos ídolos , de carne y hueso, y todo ello se le antojaba a él , por la bienaventurada presencia de la motocicleta.

 

De cómo la motocicleta ayuda a disfrutar de la vida

 

Así fue como el tiempo fue pasando y al final llegó el momento tan esperado: Ignacio Sáenz Valiente cumplió los 18 años y pudo comenzar a concretizar su sueño: tener su propia moto , motocicleta o “motito”, porque en realidad por mucho que ahorró, su primera moto fue muy sencilla , muy linda pero humilde , para pasear por el barrio y presumir un poco ya que hasta ese momento sólo fumaba cigarrillos y el paso siguiente para él fue muy claro : conseguir novia.

En esa etapa, recuerda Sáenz Valiente, que su pasión por las motos pasó realmente a segundo plano, al menos, hasta que consiguió novia. Entonces, sintió que  ya estuvo listo para unirse al clan de su familia: tíos, primos que ya ,con sus niños a cuestas, empezaban a disfrutar de la común diversión familiar : pasear en moto.

 

Empezar a soñar con viajar en moto por Latinoamérica

 

A la pasión por las motos , los paseos y las novias, se le sumó la aventura. Ya experto en rodados, recorridos y paisajes locales, el deseo de aventurarse con su motocicleta fue más allá. Sáenz Valiente reconoce que en esto último ,su novia de entonces, tuvo mucho que ver. Si bien ella no era muy apasionada por las motos, poco a poco se fue entusiasmando y los paseos locales les quedaron cortos. Esos locos deseos de enamorados adolescentes, de perderse en las rutas y aventurarse en las entrañas del continente para conocer distintas culturas , gentes, paisajes y recuerdos para siempre, se hicieron realidad por la pasión que sentían el uno por el otro ,y también y  por supuesto : por el amor a la motocicleta.

 

El plan para recorrer en moto Latinoamérica

 

Viajar en moto por Latinoamérica- dice Sáenz Valiente-, implica un conocimiento global de lo que es lanzarse  a las rutas de cada región a visitar: diseñar un bosquejo del recorrido en general y en lo local, lugares imperdibles que uno quisiera visitar, tener en cuenta condiciones climáticas específicas y cosas que no pueden faltar : víveres, botiquín, conocimientos generales de mecánica de motos, contactos en caso de emergencia y la disposición mental para aceptar imprevistos, y sobre todo, a que la aventura en sí misma moldee el plan del recorrido inicial. Estar abiertos a que el “factor sorpresa” intervenga favorablemente cuando uno viaja en moto, es un plus no debe faltar ya que en este punto radica que un viaje soñado se convierta en un viaje memorable.

 

Finalmente, Ignacio Sáenz Valiente y su novia se hacen a la ruta en su motocicleta

 

Así como todo llega en la vida, también llegó el ansiado día de partir a la aventura en moto. En una calurosa mañana de septiembre toda la familia se reunió para despedir a los viajeros. Las madres eran quienes no podían  disimular la desazón de dejar a sus hijos partir ya que parecía, se habían ilusionado en que sólo se tratara de un capricho de verano. Pero, claramente, no comprendían lo que implicaba cumplir el sueño de viajar por latinoamérica en moto para sus aventureros hijos -aclara Sáenz Valiente-. Así ,partieron entre el llanto materno y los “vivas” de los padres, y se hicieron a la ruta, con la felicidad de quien comienza la aventura y el ver que la vida se vuelve una oportunidad a cada momento.

 

Los paisajes que más se disfrutan viajando en moto

Experimentar un viaje en moto es abrirse a las sensaciones -explica Sáenz Valiente-; es donde la   libertad se conjuga con la audacia del espíritu y componen un sinfín de momentos en los que hay que dejarse llevar por lo que el paisaje suscita al alma. Los momentos más placenteros del viajar en moto están condicionados por el clima en primer lugar, y si éste ayuda, entonces                : cruzar los llanos, las vistas de los sembrados, los ríos y esteros , las hondonadas de los valles  así como las cataratas y riachos, se presentan para disfrutarlos en todo su esplendor. En definitiva, la moto acompaña paso a paso ,como testigo silencioso de tanta belleza que se despliega por doquier.

Es así que al contemplar paisajes soñados y atardeceres maravillosos , un viaje en moto es un sueño que se cumple  y es lo que hace que todo el esfuerzo de planificación , que todos los desvelos y que todo  el tiempo invertido por fin tengan sentido.

 

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