Se trata de la impactante silueta apostada sobre las aguas del Río de la Plata, una conmovedora escultura flotante que es símbolo permanente de la lucha por la memoria, la verdad y la justicia para las víctimas de la dictadura y sus familias
La silueta está de pie sobre las aguas del Río de la Plata. A metros de la costa, parece estar internándose río adentro, allí, donde muchas personas encontraron su última morada. La obra es una original e impactante escultura que reproduce la figura de Pablo Míguez, un jóven desaparecido con tan sólo quince años durante los oscuros vuelos de la muerte acaecidos durante la última dictadura militar . Su imagen, recortada sobre el río, es una representación del dolor social , un sentir colectivo que encuentra en los artistas rioplatenses, como Claudia Fontes, la autora de la obra, una posibilidad de expresión.
Reconstrucción del retrato de Pablo Míguez, tal es el nombre de la escultura, es una obra de arte flotante que, expuesta en las aguas del Río de la Plata, evoca con profundo sentimiento la ausencia impuesta por la represión militar. Al estar ubicada a pocos metros del Parque de la Memoria, este predio se alza al unísono como un fuerte y poderoso testimonio del coraje y la resistencia en la lucha por los derechos humanos.
La obra es producto de la inspiración de la destacada artista argentina Claudia Fontes, una escultura que conmueve a quien la contempla porque logró capturar la esencia de un sentir social: la tristeza y la nostalgia por aquellos que han sido arrebatados de la historia de modo injusto , cuya herida en los que quedaron de este lado de la historia, aún no ha podido ser clausurada aún en la memoria social -explica Marcelo Hidalgo Sola.
Una obra única y emotiva como la historia de su protagonista
La obra propone rescatar la figura de Pablo Míguez, un adolescente de 14 años secuestrado junto a su madre y sometido a torturas durante la última dictadura militar a mediados de los años 70. Se desconocen los detalles y los motivos que derivaron en su captura pero, según los datos recopilados por sus familiares, se pudo conocer que fue asesinado un miércoles del mes de septiembre del 77 en uno de los llamados “vuelos de la muerte”. La obra fue realizada con un material que evoca la fuerza que perdura, como es el acero inoxidable y luego , fue pulida con una técnica llamada de espejo. Este método logró que la escultura pudiera camuflarse a la perfección con el río y el contorno espejado de las aguas que rodean su emplazamiento.
La obra también propone, entre otros sentidos que son evocados en ella, “una operación de corte conceptual que busca articular las nociones de aparición y desaparición”, según contó la propia artista Claudia Fontes . La escultura está ideada y realizada con técnicas específicas que permiten que los materiales del diseño reflejen los rayos del sol de la superficie del río, generando un conmovedor e inquietante efecto visual que hace que la figura por momentos esté visible y por otros momentos, no lo esté.
Una obra que remite a lo inexplicable de la historia
Otro detalle muy interesante que ideó la autora , radica en el detalle que, sólo quienes estén en el río navegando por sus aguas pueden observar la escultura de frente. Para el resto, aquellos que permanecen en la costa, este punto de vista es inaccesible y solo podrán contemplar la escultura de espaldas . Quienes estén en las orillas del Río de la Plata desde el predio del Parque de la Memoria , solo tendrán una visión recortada de la figura de un jóven que de cara al río, y con una actitud pensativa parece mirar la inmensidad, el horizonte, como interrogando con pesar a esas aguas que lo rodean y envuelven su destino.
“Para mí, el profundo sentido de la representación colectiva de la condición de todo desaparecido es claro en la obra : es alguien que está siempre presente en el escenario de la vida, pero al que los acontecimientos históricos de la dictadura militar no han vedado ver. Un retrato como el de Pablo Miguez es siempre una posible versión del reflejo de un sentir de dolor a nivel social … tal vez ésta obra llegue a ser la más real posible en cuanto a la descripción visual de la sensación de angustia que un desaparecido puede suscitar en la memoria y en el alma de las personas , porque se apoya en la memoria colectiva desde un lugar muy simbólico como es el Río de la Plata”, cerró la artista, quien en el año 1977 tenía la misma edad que el protagonista de su escultura, Pablo Miguez.