Museo Larreta

Recorriendo en moto el Jardín Andaluz del Museo Larreta


Marcelo Hidalgo Sola nos presenta un rincón porteño que es una pequeña porción de la mítica Alhambra de Granada. El patio del museo guarda la colección de obras coloniales más importante de América Latina.

Buenos Aires también tiene su magia andaluza. Pequeños retazos de España han sido recreados en la ciudad y quien quiera acercarse a los perfumes de la madre patria puede en ellos, hacerla más cercana. Algunos afortunados, incluso han podido reconstruir paisajes de su España añorada en el patio de su casa, como es el caso de Enrique Larreta. (1875-1961). En su solar de Belgrano, este ilustre hombre, forjó con árboles, rosales, glorietas y esculturas su paisaje de ensueño para que quien quisiera pudiera sentirse un poco como visitante de la Alhambra.

El hoy Museo de Arte Español Enrique Larreta es un espacio porteño que por su acervo guarda una importante colección del arte colonial, pero también es objeto de predilección de muchos visitantes, ya que en los fondos de la residencia alberga un bello jardín andaluz. Senderos laberínticos, fuentes y árboles centenarios, evocan a los de tradición musulmana del sur de la España medieval. 

La sombra que alivia. El verde que refresca. Los perfumes y las flores, salpicadas como gotas de colores, que encandilan. Apenas uno entra al Jardín Andaluz ubicado sobre Juramento 2291, con sus senderos laberínticos, sus fuentes, sus mayólicas de cuento y sus árboles centenarios, este espacio de poco más de media hectárea evoca a los jardines de tradición musulmana del sur de la España medieval.

Uno puede visitar este Jardín Andaluz solo y seguro va a pasar un momento espectacular.-Todos los jardines nacen con una idea –explica Marcelo Hidalgo Sola- En este caso, la trajo Larreta cuando viajó a La Alhambra, Granada, y la usó al reformar su casa.

Lo primero que impresiona del Jardín son los laberintos y la frondosidad. Los árabes concibieron los jardines como antítesis del desierto, plano e infértil. Por eso, remiten a pedacitos de selvas vírgenes, enmarcadas por cuadrículas. Dentro de ellas, las plantas deben crecer del modo más natural posible. Los laberintos son angostos, rectos, diseñados para una caminata solitaria o de a dos. Si te perdés, podés buscarte y reencontrarte. Acá te recomendamos cinco puntos interesantes para que veas y disfrutes:

 

  1. Paraíso. Este jardín fue encargado por el escritor y diplomático Enrique Larreta a mitad de la década de 1910, en el marco de la remodelación de toda su casa -convertida en Museo de Arte Español desde 1962, cuando la entonces municipalidad la compró-.Con el jardín, Larreta buscó representar parte de la Alhambra, de Granada, al sur de España, una región dominada por los árabes entre comienzos del 700 y fines del 1400. Ocupa unos 5.500 m2, por lo que se lo considera uno de los hispano-musulmanes más importantes de Sudamérica. Los arbustos crean laberintos de leyenda y dividen al terreno en cuatro, en alusión a la tierra, el agua, el aire y el fuego: los elementos de la naturaleza. Ese diseño, sus especies -palmeras y naranjos, entre otras-, sus fuentes y sus ventanas al “caos” -de la calle Juramento- son rasgos suyos clave.
  2.  La Fuente de las Ranas. Octogonal, es ejemplo de arte musulmán. Las mayólicas le dan el toque español. Y el revestimiento en mármol de Carrara y las ranitas surtidoras de agua, ubicadas alrededor, el europeo u occidental. Sturla, el histórico jardinero del Larreta, apunta: “La idea musulmana es que el rumor del agua y las ondas que forma al alejarse hacia los bordes ayuden a concentrarse a quien quiera orar”.
  3. David. Esta escultura, de autor desconocido, representa a ese personaje bíblico, pisando la cabeza del gigante Goliat. Así, rodeado de verde, podría estar en un jardín del Renacimiento italiano. Los azulejos pintados son preciosos y le ponen acento morisco a este rinconcito encantador.
  4. Glicina centenaria. La planta cubre la glorieta, una construcción de moda en la Buenos Aires de la década de 1910 -cuando nació este jardín- para ofrecer sombra y fresco. Pero también aquí hay detalles de raíz musulmana: los rombos en los mosaicos y las macetas, infaltables -aunque, según la tradición, se ubican principalmente alrededor
  5. Tres ventanas. En el viaje por España previo a la reforma de esta casa, Enrique Larreta pasó también por Córdoba, Andalucía, y allí se inspiró para la construcción de las ventanas que dan sobre la calle Juramento. Los árabes contemplaban el desierto por largo rato, meditaban acerca del caos y luego cuando encontraban la paz volvían a las actividades cotidianas. Los jardines andaluces fueron pensados para eso, para encontrar la paz, quien quiera puede pasar por el Larreta a investigar al respecto.

 

 

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