Brasil por Marcelo Hidalgo Sola

Viaje San Cristóbal, Venezuela a Buenos Aires, Argentina: Parte 5


Amanecemos en la mítica ciudad de Manaos, capital del caucho a comienzos del Siglo XX, sobre el imponente Rio Amazonas. Este primer día, comenzamos a averiguar si existía alguna posibilidad de llegar a Belem por carretera, pero nos confirman que no, negativo el resultado.

Entonces, nos dirigimos a las oficinas de alguna de las tantas oficinas de transporte en Ferrys, que es el medio en que llegan a Manaos todos sus artículos de consumo así como de componentes para sus múltiples industrias aquí instaladas.

Camino por andar

Nos ponemos de acuerdo en el precio, la Explorer iba a ser embarcada esa misma noche, demorando 3 días a Belem (rio abajo es más veloz). Tomamos los papeles para su embarque, y detalles del puerto a donde debemos dirigirnos.

Nosotros de ninguna manera nos íbamos a embarcar en el Ferry ya que las condiciones de vida a bordo nos las presentan bastante más que, por decir algo, rusticas. Ya entre una cosa y otra, y que sacamos de la Explorer las cosas que podríamos necesitar esos días, va cayendo la tarde, y nos dirigimos al Puerto de Manaos para hacer entrega del vehículo.

Experiencia en Ferry

Cuando llegamos al puerto, quedamos realmente sorprendidos por la cantidad de Ferrys que había, y el numero sin fin de remolques esperando para ser subidos a los distintos Ferrys. El asunto es que los camiones traen los remolques hasta el Puerto, dejan el acoplado ahí, y van en la búsqueda del siguiente.

Luego vienen los camiones del mismo Puerto, que enganchan los remolques, y los suben a los distintos Ferrys, con una pericia tal, que parecería que estuvieran manejando un karting. Y la misma operatoria se repite, de atrás hacia adelante, cuando llegan los Ferrys.

En ese despelote de camiones y remolques yendo y viniendo a velocidad de rayo, dejamos la Explorer, que parecía una cucaracha en medio de todos esos monstruos .

Ahí la dejamos con las llaves, y suponiendo que llegaría sana y salva a Belem. Fait accompli, como dirían los franchutes, entonces nos vamos en un taxi al centro, a comer, ya que nos habíamos pasado el día en blanco.

Camino a Manaos

Al día siguiente, después de un importante desayuno, con huevos y tocino y jugos y frutas y todo eso, nos vamos a una agencia de turismo a comprar los pasajes de avión Manaos – Belem, para dentro de 2 días, un día antes de la fecha en que llegaría la camioneta.

Conociendo a Manaos

El resto del día lo pasamos conociendo Manaos, y, sobre todo, el edificio de la ópera de Manaos, donde cantó el famoso tenor Carusso. Esta ópera fue construida a fines del siglo XIX, con la Fiebre del Caucho, recurso abundante en esta zona del Amazonas, y un elemento que empieza a ser muy requerido por sus bondades industriales, lo que trae a Manaos una riqueza incalculable, donde se asientan poderosas familias.

El resto del día, pasa sin muchas más novedades, también debido a que la temperatura y humedad ambiente hacen bastante penoso circular después del mediodía .

En el centro nuevamente, vamos a una agencia de Turismo, para alquilar al día siguiente, un barco de turismo para que nos lleve de paseo por el Rio Amazonas, e ir a conocer la famosa desembocadura del Rio Negro en el Amazona pero eso es otra historia.

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